La semilla de los Rolling Stones y Beatles nace en filmin

Una poco conocida, pero francamente interesante, película por estos lares, ya que no se estrenó en cines, pero que, en su país de origen, habida cuenta del culto a uno de los mayores iconos de la música popular, tuvo bastante repercusión, llegando a competir en 3 categorías en la (reñida) edición de los Oscars de 1979, donde se premiaba la cosecha de 1978. Ganó el Oscar a la mejor música adaptada. Se distribuyó, fuera de USA en muy pocos países y tuvo que esperar a una segunda juventud en video doméstico, ya mediados los años 80.

Los 79 fueron unos años convulsos en E.E.U.U. (y en buena parte del mundo): plena crisis energética y post Vietnam, en un momento político pre-Reagan con un Jimmy Carter dirigiendo el país en medio de la guerra fría contra el bloque soviético, con luchas por los derechos de los homosexuales y otras minorías (fue el año del asesinato de Harvey Milk), la huida de Polanski del país para no ser procesado y el brutal suceso de Guyana donde murieron 909 estudiantes en el suicidio en masa (asesinato masivo según algunas fuentes) más sonado de la historia. Ciertamente, no estaba el patio para alegrías y en Hollywood se cocían películas duras, reivindicativas y de aire o factura independiente, aunque al amparo de los grandes estudios para su distribución.

En Hollywood, ese año, se premiaron films tan importantes (con el paso del tiempo) cómo “El cazador” ,”El regreso”, “Días del cielo”, “El expreso de Medianoche” o “Muerte en el Nilo”. Entre todas ellas (y otras no premiadas), se coló un biopic muy particular: la recreación de la vida de uno de los mayores iconos de los primeros días del rock’n roll, referente de The Beatles y The Rolling Stones (ambos grupos versionaron temas suyos en sus primeros discos y Paul McCartney posee los derechos de todas sus canciones desde hace años). Gary Busey realizó una de las mejores interpretaciones de su carrera (tampoco es muy difícil por lo que vino después), perdiendo 15 kilos para el papel (Buddy Holly era muy delgado y Busey más bien fornido) y cantando casi todas las canciones de la película, práctica que, en el futuro sería más habitual en los biopics que vinieron en los años sucesivos (The Doors y En la cuerda floja son dos buenos ejemplos donde, con mayor o menor fortuna, Val Kilmer y Joaquin Phoenix cantan a Jim Morrison y Johnny Cash respectivamente).

Gary Busey competía en la (reñida) categoría al mejor actor principal, perdiendo ante el gran papel de Jon Voight en “El regreso” (Coming home) muy superior a la posterior “Nacido el cuatro de julio” de Tom Cruise, que narra el retorno a casa de un soldado de Vietnam (con Jane Fonda que también ganó su Oscar por esa película). Los otros tres nominados fueron, ni más ni menos que Robert de Niro (El cazador), Warren Beatty (El cielo puede esperar) y Laurence Olivier (Los niños del Brasil).

“The Buddy Holly Story” es una agradable y entretenida película, con un cierto aire de serie B, de un presupuesto modesto, a pesar de ser distribuida por un gran estudio de Hollywood (Columbia Pictures) y con todos los clichés mil vistos en las películas ambientadas en los míticos años 50. La (estupenda) banda sonora es un aliciente más y la gran interpretación de Gary Busey (en v.o., por favor) justifica su visionado. Luego, si se despierta la curiosidad, aconsejo redescubrir toda la discografía de Buddy Holly que tiene en su haber el enorme y capital mérito de haber inventado el conjunto de rock, pues fue el primero que lo utilizó en su variante clásica, innovó con voz doble-rastreada (Words of love) y utilizó cambios y distorsiones con la guitarra eléctrica inéditos hasta aquel entonces. No hay, prácticamente, ningún grupo británico en la década de los 60 que no cite a Buddy Holly como su mayor influencia. Sin ir más lejos, en el primer disco de The Rolling Stones, se incluye uno de sus primeros éxitos, una versión del “Not fade away” de Buddy Holly, y en el disco “Beatles for sale” está incluida la versión de los cuatro de Liverpool del “Words of love”. Holly es, sin duda, uno de los músicos más importantes de la historia (número 13 en los mejores artistas de todos los tiempos y número 48 en la lista de mejores cantantes, ambas listas de la revista Rolling Stone).

¿La guinda? la pone, nada más y nada menos, que el padre de "Los Soprano". Así es, David Chase se estrena en la gran pantalla con “Not fade away”, una película que juega con el significado de la expresión y con la canción de Buddy Holly, versionada por, entre otros, The Rolling Stones (y cuyo tráiler podéis ver aquí).

¿a qué apetece ver la película?