Llega por primera vez a España la aclamada adaptación de "La línea de la belleza" de Alan Hollinghurst, una de las novelas británicas más importantes del s.XXI, ganadora del Premio Booker. Un drama ambientado en la Inglaterra de los años 80, la historia emocionante de un despertar sexual en clave gay, el retrato de una época de lucha de clases bajo la sombra del dictado de Margaret Thatcher. Miniserie imprescindible protagonizada por Dan Stevens ("Downton Abbey") que nuestro nuevo colaborador, Daniel Naranjo, nos destaca como serie de la semana.
El “bello”y oscuro debut de Matthew Crawley.
Quién pensaría que Dan Stevens, hoy más conocido por encarnar a Matthew Crawley, el encantador heredero de “Downton Abbey”, hizo sus primeros pinos como actor, interpretando a un joven homosexual profundamente enamorado de su amigo straight, Toby en la miniserie británica “La línea de la belleza”. Estrenada en filmin, es una adaptación de la premiada novela homónima de Alan Hollinghurst, y producida por BBC en el año 2006. La historia comienza en 1983, en plena dictadura de la Dama de Hierro, y no se corta un pelo en crear polémica. Nada queda fuera en sus guiones: Cocaína, sexo gay a tope, infidelidad, SIDA, Guerra de las Malvinas, y todo esto al ritmo de la New Wave más ochentera.
Dan Stevens interpreta a Nick Guest (que significa “invitado”) un joven gay de clase media baja, estudiante de Literatura y obsesionado con Henry James, que es invitado a “convivir” una temporada en la casa de su mejor amigo, cuyo padre es un importante miembro del Partido Conservador.
Al observar “La línea de la belleza” es inevitable no esbozar alguna certera comparación con dos de las grandes producciones inglesas de los últimos tiempos como son: “Downton Abbey”, y la mítica “Los de Arriba y los de Abajo”. El escenario principal sigue siendo una lujosa y noble mansión donde habitan los grandes problemas y biotipos de la sociedad inglesa. La mirada de Nick se inmiscuye con sorpresa y desencanto en la línea que divide y enfrenta a la Inglaterra de la Thatcher. Blancos contra negros, pobres contra ricos, laboristas frente a conservadores e hipócritas frente a sinceros.
Asimismo, las referencias literarias y citas a autores de la talla de David Leavitt y su necesaria e imprescindible “Mientras Inglaterra duerme”, o a Evelyn Waugh, autor de la fenomenal ”Retorno a Brideshead”, no quedan exentas en la serie, sobre todo, en la clara mención del despertar sexual de Nick con su amante de color teniendo sexo en el bosque en plan crusing, o en su sublimada relación con el hetero de Toby.
La serie retrata un mundo cínico y farsante que sólo vive de apariencias, relaciones frívolas y amores crueles. En el fondo, lo importante queda tapado por los prejuicios y las nulas ganas de querer cambiar las cosas. “Todo es permitido, mientras no se hable” como muy bien define el conservador cuando sorprende a su “alojado” Nick, haciendo pasar a su amante de color a su palacio. Lo mismo ocurre con “Cat”, o Catherine, la depresiva y deslenguada hija, que todos ignoran por decir la verdad y que Nick la confunde con un gato cuando se la presentan en la mesa. Es la drifter de la familia pija, y nadie es capaz de darle el más mínimo signo de amor.
“La línea de la belleza” atrae por la perspicacia y audacia de su guión, sobre una Inglaterra egocéntrica y egoísta gobernada por una burguesía decadente. Por las excelentes interpretaciones de sus actores, que dan la talla en cada momento a lo largo de sus tres capítulos de duración y que se convierten en fieles cuestionadotes de la falsa moral inglesa, aunque algunos de ellos sean meros debutantes.