La soledad en La soledad de los números primos

La soledad de los números primos es una novela escrita por el autor italiano Paolo Giordano, publicada en 2008. La novela es un bestseller internacional y ha sido aclamada por su estilo lírico y su exploración de temas profundos y complejos. Es una novela que explora profundamente la psicología de los personajes, especialmente en términos de soledad, aislamiento y trauma.

Esta novela cuenta casi al estilo de una instantánea, el primer capítulo ambientado en 1983, el siguiente en 1984, el siguiente en 1991, avanzando, a veces más lentamente, hasta 2007. Los dos primeros capítulos hablan de la catástrofes personales de la infancia que les suceden a los dos personajes centrales, Alice y Mattia, pero, en un enfoque típico de gran parte del libro, evita mostrar la catástrofe, es decir, sus consecuencias, en su totalidad. De hecho, al contar estas dos historias de vida a lo largo del libro, Giordano muestra el alcance de estas catástrofes.

   El accidente de Alice la deja con cicatrices y ligeramente coja; Mattia solo es psicológicamente dañino; el impacto de cada uno de los eventos, sin embargo, también se manifiesta de otras maneras: Alice termina con un trastorno alimentario, mientras que Mattia comienza a cortarse. Terminan yendo a la misma escuela y se hacen amigos.

    Mattia es un prodigio matemático pero por lo demás casi autista; incluso su madre encuentra que es antinatural:

   «¿Sabes lo que realmente me hace temblar?» dijo Adela. «Todas esas calificaciones altas que obtiene. Siempre las más altas. Hay algo aterrador en esas calificaciones«.

Estudiar es: «lo único que sé hacer» le dice Mattia a Alicia; lo que no se atreve a decirle es: que le gustaba estudiar porque uno puede hacerlo solo, porque todo lo que estudia ya está muerto, frío y masticado. Quería decirle que las páginas de los libros escolares tenían todas la misma temperatura, que dejaban tiempo para elegir, que nunca te hacían daño y que tú tampoco podías hacerles daño.

Mientras que Mattia siempre se muestra retraído, Alice trata de ser más extrovertida pero no puede conectarse con las chicas populares. En Mattia encuentra una especie de espíritu afín: se reconocen en las almas dañadas de los demás. Permanecen conectados en la edad adulta también, incluso después de que Mattia se va al extranjero y Alice se casa, ya que Giordano presenta la vida de dos personas dañadas cuyas vidas están vagamente entrelazadas pero no gemelas, en el mejor de los casos primos gemelos, separados por un solo número par; Mattia incluso imagina a los dos que los representan (2760889966649 y 2760889966651).

   Giordano ofrece algunos episodios definitorios, pero la mayoría no se dice, en el mejor de los casos se completa algún tiempo después. Así, por ejemplo, casi todos los años de secundaria se resumen en un solo párrafo:

   “Para Alice y Mattia, los años de la escuela secundaria fueron una herida abierta que parecía tan profunda que nunca podría sanar. Habían pasado a través de ellos sin respirar, él rechazando el mundo y ella siendo rechazada por él, y finalmente se dieron cuenta de que no había mucha diferencia. Habían formado una amistad defectuosa y asimétrica, hecha de largas ausencias y mucho silencio, un espacio limpio y vacío donde ambos podían volver a respirar cuando las paredes de su escuela se acercaban demasiado para ignorar la sensación de asfixia”

   En otro punto crucial (esos son en los que se concentra Giordano) Mattia encuentra:

   “A estas alturas ya había aprendido. Las elecciones se hacen en breves segundos y se pagan en el tiempo restante. Había sucedido con Michela y luego con Alice y ahora de nuevo. Los reconoció esta vez: esos segundos estaban allí, y nunca volvería a cometer un error”

   Al menos Giordano no insiste en la conclusión cursi, pero sus elecciones también están lejos de ser satisfactorias. A lo largo de todo él pretende mostrar las pequeñas elecciones y eventos que tienen un efecto enorme y duradero, como si eso fuera cierto en la vida; pero su visión también es reduccionista, y el hecho de que sea triste no la hace más convincente.

   La escritura en La soledad de los números primos es bastante buena, los episodios son lo suficientemente vívidos y plausibles, en su mayor parte, pero estos personajes no se sienten completamente desarrollados, sus identidades están demasiado definidas por su daño. Como imágenes en un álbum, los episodios solo parecen revelar una parte de la historia. Giordano puede querer decir que el lector tiene mucho que inferir, pero en realidad no permite esa libertad: no sale directamente y describe las catástrofes iniciales de inmediato, por ejemplo, pero esencialmente no deja dudas sobre qué sucedió exactamente y qué sucedió. cuáles fueron las consecuencias (inmediatas), y es así durante casi todo el libro.

   Ambos personajes Alice y Mattia comparten una sensación de soledad profunda y una falta de conexión emocional significativa. La novela explora cómo estas sensaciones surgen de traumas pasados y cómo afectan la forma en que Alice y Mattia interactúan con el mundo. Además, se muestra cómo estos sentimientos pueden manifestarse en formas autodestructivas, como la autolesión de Alice y el comportamiento anoréxico.

La novela también analiza la importancia de la conexión emocional y la intimidad para la salud mental y emocional. Alice y Mattia anhelan la conexión emocional, pero a menudo se sienten incapaces de conectarse con los demás de una manera significativa. La novela muestra cómo la conexión emocional y la vulnerabilidad son necesarias para superar la soledad y la falta de sentido de la vida.

En general, «La soledad de los números primos» es una novela que examina la psicología humana de una manera profunda y emotiva. A través de sus personajes solitarios y traumatizados, la novela destaca la importancia de la conexión emocional y la vulnerabilidad en la salud mental y emocional. La novela es recomendada para aquellos interesados en la psicología humana y las complejidades de las relaciones emocionales.

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