Antecedentes:
Fue el 11 de septiembre de 1973, cuando el general Augusto Pinochet dió el golpe de estado que destituyó al presidente chileno Salvador Allende. Desde ese momento el Estadio Nacional de Santiago, se convirtió en uno de los mayores centros de reclusión y torturas de la dictadura, calculándose el ingreso de 40,000 detenidos en los primeros diez días de la dictadura.
Estadio Nacional de Santiago convertido en campo de concentración
En esos días también se estaban jugando los partidos clasificatorios al Mundial Alemania 74. Tras eliminar en el mes de agosto al Perú, la selección chilena había logrado la chance de disputar la clasificación frente a la Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS). Se disputarían partidos de ida y vuelta, y en caso de empate al final se jugaría un tercer partido en cancha neutral.
El partido de ida se disputó el 26 de setiembre de 1973 en el Estadio Central de Lenin en Moscú. El partido se desarrolló con una tensa normalidad, terminando igualado 0-0. Para el partido de vuelta, ya habían trascendido las noticias de las torturas de políticos y simpatizantes de Salvador Allende, con el que los dirigentes soviéticos mantenían buenas relaciones. Entonces la URSS anunció que "por consideraciones morales los deportistas soviéticos no pueden en este momento jugar en el estadio de Santiago, salpicado con la sangre de los patriotas chilenos”.
La vergüenza:
Ante este anuncio, la FIFA prefirió mostrarse condescendiente con la dictadura y comunicó que, en caso de que la Unión Sovietica no se presentase, Chile estaría automáticamente clasificado.
Además, para lavar su imagen, la FIFA efectúo una revisión del estadio para comprobar que no estaba siendo usado como una prision. Asi, como si fuera una obra de teatro del absurdo, los delegados de la FIFA caminaron por los pasillos, inspeccionaron entradas, pisaron el césped y vieron el estadio vacío. Mientras que todos en Chile sabían que en los subterráneos del estadio habían miles de personas que permanecían prisioneras.
Asi, contra viento y marea, el 21 de setiembre de 1973 se llevó a cabo el partido de vuelta. Para esta ocasión, Pinochet había dispuesto que se realice toda una exhibición de "patriotismo", con bandas de música, público en el estadio y banderas chilenas al viento. Los once jugadores chilenos salieron al campo del Estadio Nacional entre los aplausos del público. Sin rival en la cancha, la selección chilena sacó del centro, sus jugadores avanzaron sin oposición hasta la portería contraria y anotaron un gol "simbólico", obteniendo la tan ansiada clasificación.
Más tarde, la prensa chilena bautizaría a esta clasificación vergonzosa como “la tarde más triste del fútbol”. Si no existiera el video de ese partido de repente no hubiera creído esta historia, pero aca están las imagenes de esa triste y vergonzosa tarde.
Despues de esa parodia, ese mismo día la selección chilena jugó otro partido, esta vez si con un rival de verdad. Se trataba del Santos de Brasil, que vino sin Pelé, y que les metió una tremenda goleada a los chilenos, ganándoles por un categórico 5-0. Terminamos esta historia recordando que en el Mundial de Alemania 74, la selección chilena no ganó un solo partido y se volvió a casa tristemente luego de la primera ronda.
Libros:
Recorriendo Internet me topé con "Frazadas del Estadio Nacional" (2003). Es un excelente libro de memorias escrito por el periodista chileno Jorge Montealegre, el mismo que a la edad de 19 años estuvo detenido en el Estadio Nacional durante el golpe de estado de Pinochet. De este libro extraigo algunos parrafos relacionados con "la tarde más triste del futbol".
"Y tenian una gran responsabilidad, no menos patriótica: mantener la cancha en buenas condiciones y preparar el estadio para otras eliminatorias: un partido entre Chile y la Unión Soviética por la participación en el Campeonato Mundial de Fútbol... El Enfrentamiento adquiría una carga simbólica insospechada para quienes solamente pensaban en su dimensión deportiva. En el imaginario político e ideológico este partido de Chile versus la URSS connotaba también la confrontación facismo vs socialismo, democracia vs dictadura"
"Desde ese mundo paralelo e incomunicado, supimos de las delegaciones que estuvieron en el estadio mientras a nosotros nos tenían encerrado para que no nos vieran las visitas. A otras comisiones de la FIFA las vimos recorrer la cancha, verificar sus medidas reglamentarias, etc."
"En la fecha estipulada, la Selección Nacional entró a la cancha para validarse con un indecoroso simulacro. Jugó sola. Con escaso público, sin rival al frente. Y se clasificó".