Allí viene la ola
En México estamos antes el advenimiento de una tercera ola del COVID-19, a pesar de los avances que se han dado en la vacunación, y es que la velocidad con la que se está inmunizando a la población no es suficiente, con cerca del 15% de la población plenamente inmunizada, esto es, con todas las vacunas requeridas, hablar de una tercera ola no es una idea nada descabellada, sobre todo, porque la población plenamente inmunizada, si bien es la de mayor riesgo, por edad, no significa que e virus deje de ser un peligro para poblaciones más jóvenes, de hecho en termino absolutos, matemáticamente, los jóvenes, al ser la mayor parte de la población, es la más afectada por el virus y en México, donde la tasa de mortalidad es relativamente elevada, hacen que sean especialmente vulnerables si los comparamos a otros países.
Dicho esto, cabe preguntarse cuándo terminará esta pesadilla que no solo afecta la salud, sino toda la economía. Hace más o menos un año, abordamos el tema del conflicto que se estaba suscitando entre los empresarios y las autoridades, en cuanto a las políticas de prevención y control de la pandemia que implicaba el cierre total o parcial de muchas operaciones comerciales, con la famosa semaforización.
El sector recreativo, especialmente dañado
El sector, indudablemente, más afectado ha sido el recreativo y de ocio, especialmente, la hotelería y los restaurantes, sectores conformados por muchas pymes y que legítimamente, exigían un plan de recuperación económica. Cabe destacar, que no por ser el sector directamente afectado por las medidas de control, signifique que sea el único, de hecho, o hay que olvidar que cada sector de la economía es más que independiente, interdependiente, debido a que sus relaciones en la cadena de valor, y su trabajo afectan el consumo de caso todos los sectores de la economía. .
Conspiraciones
El problema al que nos hemos ido enfrentando es que, además, de los efectos de la pandemia, indudablemente, reales, han surgido también críticos más radicales, desde las políticas de control, pasando por la veracidad de los reportes hasta de la existencia del virus mismo. Estos críticos o mejor dicho, escépticos, entre sus consecuencias están que ponen en tela de juicio toda la estructura de organización social .
Conclusión
Sin embargo, las medidas, correctas o no, ya se implementaron y llevan demasiado tiempo como para pensar en una reversión en los efectos económicos, y lo mejor es evaluar sus resultados y aplicar mejores, en lugar de tratar de inventar el hilo negro con ideas nunca probadas y poco solidas, teóricamente, como si no existiera el virus.
Tampoco caigamos en la trampa de pensar que un plan económico borrara las consecuencias de las medidas, como si el dinero saliera del árboles, porque habiendo apoyos económicos o no, si llegan, estos o vienen de deuda que tendremos que pagar o de nuestros ahorros que tendremos que reponer. Si no llegan, resultará en una disminución de nuestro poder adquisitivo.
Los mejor como siempre es reconocer la realidad y actuar en consecuencia de la mejor forma.