La Tierra se está acercando a su sexta gran extinción. Esto es lo que han afirmando científicos de universidades de diferentes países, entre las que se encuentran Stamford y Santa Bárbara (California), en la prestigiosa revista Science. ¿Y quién o qué es el culpable de este nueva extinción? Pues no hay que irse muy lejos ni en tiempo ni en distancia, ya que somos nosotros mismos lo que estamos acabando con la vida terrestre. Es algo que ya sabíamos desde hace tiempo, pero lo que nos ha afectado realmente en este momento es que actualmente estamos inversos en esta sexta extinción y nosotros somos los únicos culpables de esto.
La última extinción de tales magnitudes ocurrió hace 65 millones de años, y en el día de ayer estuvimos hablando de ella y sus nuevas teorías. El colosal choque que provocó el meteorito acabó con la vida de numerosas especies animales y vegetales, donde destacan los dinosaurios. Pero si nos trasladamos al día de hoy, las cifras que nos encontramos son dramáticas, en total, 322 especies sólo de vertebrados han desaparecido en los últimos 500 años. Y en el caso de los invertebrados, su número de especies ha descendido a la mitad, al mismo tiempo que la población humana se duplicaba. Esta espantosa desaparición es lo que los científicos llaman la defaunación del Antropoceno, un terrible término que si llega a un punto irreversible quedará en nuestra memoria para siempre.
Algunos dirán que actualmente la protección de animales ha aumentado considerablemente, y sí que es verdad. Ejemplos son los rinocerontes blancos, los osos pandas y los tigres; pero los científicos alertan que hay que proteger a todas las especies en riesgo por igual, ya que la desaparición de un pequeño escarabajo, puede acabar con el ecosistema donde habitaba. Además insectos, babosas, crustáceos, arácnidos y otros seres son fundamentales para la polinización, es decir, en el caso de que desaparezcan puede originarse un nuevo medio donde a los humanos nos sería imposible vivir, llevándonos a la extinción.
Después de todas estas posibles y terribles situaciones, surge la pregunta: ¿es posible dar marcha atrás? El zoólogo Philip Seddon (Universidad de Otago, Nueva Zelanda) cree que la lucha contra la desaparición de la biodiversidad todavía no está perdida, y podemos solucionar esta situación a través de la creación de nuevas aéreas salvajes. Aéreas donde se introducirían especies para que se establezcan nuevas poblaciones y además crearán su hábitat donde vivir en libertad. Esta solución puede incluir la polémica práctica del reemplazo ecológico, donde se soltará una especie sustituta de la que anteriormente estaba, originando de nuevo el ciclo biológico. El mejor ejemplo de esta práctica es la tortuga gigante de Aldabra que fue la sustituta de la tortuga de Mauricio, en el ecosistema de las isla homónima.
Esta espantosa noticia nos hace darnos cuenta de cómo estamos acabando con nuestro único hábitat. Y lo peor de todo es que nosotros vamos a hacer la única especie dominante del planeta que a lo mejor acaba con el resto de la vida global y las zonas donde habitan. Ya para terminar, quiero acabar con una frase que tiene un importante significado y que con sólo leer el artículo me ha venido a la cabeza: "Si Dios hubiese tenido la oportunidad de elegir a otra especie dominante, lo más seguro es no seamos nosotros."