Bulevar Barbès, París (fuente).
Desde el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes y tras los miles de cohetes lanzados desde Gaza contra Israel en los últimos años, el ejército de este país se movilizó para tratar de detener a los terroristas. Lo normal en estos casos es apoyar las medidas que lleven a garantizar la seguridad de la mayor cantidad posible de gente, pero al haber judíos por medio las manifestaciones en Europa curiosamente se organizan en apoyo de los terroristas.Así, mientras en apariencia las manifestaciones se convocan en apoyo de los palestinos, durante su marcha se corean vivas a Hitler y muertes a los judíos. Algunos, los más osados o quienes tienen menos que perder, deciden pasar la tarde tratando de entrar en sinagogas amedrentando y enviando a algún francés judío al hospital. La faceta de orden público que tienen estos hechos evidentemente se soluciona con la detención de los más violentos. Pero tras el alboroto queda el poso de la convivencia enrarecida.
Postal de París con un defensor de la paz en primer plano.
En los últimos años la emigración de judíos a Israel se ha frenado en todos los países... excepto en Francia. Esto debería dar que pensar. Una república construida sobre el lema "Libertad, Igualdad, Fraternidad" no puede tener un pie de página con la aclaración "excepto si usted es judío". No se trata como digo de un mero problema de orden público, tampoco de uno de pobreza. Se trata de violencia de carácter político y en concreto de política discriminatoria y antisemita.Cuesta ver el origen político de esto pues en los suburbios de las ciudades de la Costa Azul se encuentran comunidades donde el problema de integración lo tienen los ciudadanos con abuelos franceses. Esas comunidades en las que se mezcla el hip hop con la llamada del imán al rezo y donde los que tienen problemas de integración votan masivamente a los nazis del Frente Nacional. En Francia hay unos seis millones de musulmanes y medio millón de judíos.
Pintada con la firma de la Juventud Comunista de Venezuela (fuente).
Más allá del poder demográfico de los nuevos franceses y de su necesaria nacionalización, está el problema antisemita. No es normal que Francia destaque por ser el único país donde la emigración a Israel aumente y donde tres cuartas partes de los judíos ya se están planteando hacer las maletas.Algunos explican este repunte antisemta por el tratamiento que hace la prensa francesa del conflicto de Oriente Próximo. Si las noticias de Gaza inexorablemente incluyen mensajes de odio contra Israel, a la población esto le va calando. Y no hablo tan solo de los franceses musulmanes, es conocida la inclinación de la izquierda (y en Francia ahora también de la extrema derecha) por relacionar íntimamente la política de Israel con todos los judíos.
Parisina manifestación a favor de la paz que supuestamente dejará la desaparición de Israel (fuente).
Lo que está fuera de toda duda es que en Francia se comienzan a mezclar los ingredientes que conforman una tormenta perfecta antijudía: la mala situación económica del país, el aumento de población musulmana no nacionalizada, el apoyo in crescendo a los nazis del Frente Nacional y la prensa izquierdista vomitando consignas proterroristas las 24 horas del día. Curiosamente se puede dar el caso de que el FN comience a recibir apoyos de inmigrantes musulmanes. Esta relación simbiótica se explicaría por ser la última masa de votantes que le queda al FN por llegar y porque la comunidad musulmana más joven y radical tendría así la forma de "integrarse" en la sociedad.Más:
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