jordi évole ha conseguido en la última edición de su programa salvados, que durante algunos minutos gran parte de su audiencia se creyese la #operaciónPalace. con la ayuda de periodistas y políticos que vivieron en primera persona el intento de golpe de estado del 23f, simuló que todo había sido en realidad un teatrillo dirigido en la sombra por jose luis garci. de inmediato, al conocerse el bulo, muchos han cargado contra évole por haberles mentido. pero que nadie se equivoque, el catalán se dio a conocer haciendo humor, sus entrevistas y programas son totalmente tendenciosos y por supuesto que no es periodista. aún y con esas me quedo con su frase "seguramente otras veces les han mentido y nadie se lo habrá dicho".
el problema no es jordi ni tampoco la mentira, una jugada magistral que no por repetida ha resultado menos efectiva. el problema es eso que resume la citada frase, todo lo que se esconde debajo de lo que nos cuentan. en españa los ciudadanos estamos acostumbrados a rehuir de la política. sólo nos acordamos de nuestros representantes cuando los casos de corrupción se hacen más que evidentes, o cuando no tenemos que comer. el resto del tiempo nos la trae al pairo las leyes y decisiones que se tomen en las instituciones. hace diez años no conocíamos lo que era la prima de riesgo y en diez años se nos volverá a olvidar.
caso aparte, y algún día lo apartaré como se merece, queda la monarquía. no obstante se trata de una institución que no representa a ningún ciudadano, en cuanto que su funcionamiento y liderazgo se basa en la descendencia y no en la soberanía popular. la monarquía es sin lugar a duda la institución más opaca de nuestro sistema político y a nosotros nos da igual. ya no se trata de sacar a relucir el roído debate sobre monarquía o república (que tampoco vendría mal), sino que gastamos millones de euros anualmente en cuestiones que nunca jamás conoceremos.
todos los países, y con esto me refiero a los democráticos, tienen miles de documentos clasificados. en realidad esa cuestión no me parece del todo ineficaz cuando pueda afectar a la seguridad inmediata del estado como tal. pero que no se hayan desclasificado los documentos del 23f o que se pueda clasificar el propio hecho de que se clasifiquen documentos, como se ha mostrado en salvados, es un claro ejemplo de nuestra posición en materia de transparencia en el mundo. por cierto, josé maría aznar ordenó borrar todos los discos duros y copias de seguridad de la moncloa cuando dejó la presidencia del gobierno.
bajo mi forma de entender la democracia, en la que los políticos no son más que representantes en quienes delegamos la responsabilidad de la toma de (algunas) decisiones, la transparencia se presenta como un elemento imprescindible. cualquier ciudadano debería tener acceso a todo aquello que no entrañe problemas de seguridad nacional como norma primera. pero la realidad es bien diferente, nos da igual cómo se maneja el dinero público y no hacemos nada para cambiarlo.
de nuestra actitud como pueblo surgen los representantes políticos que tenemos. y de nuestra actitud como ciudadanos, la distancia y la opacidad entre lo que se hace y lo que nos llega. por supuesto que nunca sabremos qué sucedió realmente el 23f en españa, pero tampoco sabremos lo que ha pasado hoy, ni mañana ni dentro de un mes. el político vive alejado del ciudadano porque en gran parte el ciudadano cambia de acera cuando lo escucha y le ve llegar.
lo cierto es que la transparencia total en las instituciones es posible, pero sólo cuando luchemos juntos hacia ese fin. mientras tanto el presidente del gobierno de mi país no permitirá que un periodista le haga preguntas y nadie (ni los propios periodistas) levantarán la voz por ello.
pd: yo también me lo creí