La televisión es MENTIRA. El 90 % de los contenidos de la televisión son mentira. La televisión es manipulación, son intereses empresariales y políticos, son medias verdades, es espectáculo...es ficción. El que no sepa esto ¿en qué mundo vive?
Twitter es un nicho de escepticismo, un ecosistema de listos que desprecian la televisión como concepto pero que pasan horas hablando de ella, teorizando. En Tw se santifica lo que se debe ver y se demoniza lo que no. En twitter se pontifica sobre lo bueno en televisión y lo malo.
Por suerte o por desgracia, la televisión llega a muchísima más gente que Tw y los blogs y la red en general, aunque los que tenemos twitter y blogs creamos que no.
La mayoría de la gente se sienta a ver la televisión sin superioridad y sin pretensiones. Se sienta y se traga lo que le echan, sin pensar, sin meditarlo, sin darle una segunda revisión. Se tragan lo que sean, algunas cosas les dejan huella, otras no. No hay más. No digo que esto sea bueno, pero es la actitud de la mayoría de la gente ante la televisión y desgraciadamente ante casi todo lo que ocurre a su alrededor. En twitter la superioridad moral y de criterio está a la orden del día. Y se hace una bola de nieve y 20 mil reflexiones de casi todo.
Évole hace un programa de ficción sobre el 23F, en teoría para demostrar como se puede manipular a la gente y como nos la cuelan todos los días. Ja. ¿De verdad somos tan ingenuos como para creer que el resto de los programas de Évole no están manipulados, cuentan medias verdades, hay intereses de cadena, empresariales y políticos de por medio? ¿El programa del 23F era mentira y todos los demás verdad?
Ja.Ja.Ja.
Como ejercicio de televisión, el programa era impecable: guión, interpretación, narrativa, ritmo, montaje, producción.
Como ejercicio de programación de la cadena ha sido una apuesta impecable. Día, hora y tema.
Jordi Évole hace un programa de televisión muy bien hecho. Un programa cojonudo televisivamente hablando pero no cuenta toda la verdad, ni desenmascara nada espectacular. Tiene el mérito de haber conseguido que en un horario de prime time una cantidad considerable de público se siente a ver un programa sobre impuestos, tarifas eléctricas, sistemas electorales, corrupción o cualquier otra cosa....pero NO cuenta la verdad. Cuenta la verdad que le interesa. Elige a los protagonistas, elige las preguntas, elige las tomas, monta las respuestas para que cuenten la historia que él quiere contar. ¿Es esto malo? No es ni bueno ni malo. Es televisión.
La televisión es MENTIRA. Siempre. Toda.
No sé a qué viene la sorpresa.
El programa de ayer de Évole no demostró nada ni fue un ejercicio de nada. Fue simple y llanamente televisión. No hay más. Évole manipuló como todos los días y como todos los programas que se emiten ahora mismo. A ver si nos caemos del guindo de una vez.
Lo más verdad que hay en la tele...es la retransmisión en directo de un partido de fútbol.