Me asoma ya desde hace tiempo una duda… ¿Es verdad mi verdad, o sólo acaso, mi propia percepción de lo que siento?
Quizá “La verdad” está vulnerada o supeditada a lo que quiero, aferrada a mi egoísmo, a esa falta de objetividad que me nubla, que me arrastra de vez en cuando por esas ansias terribles de convencer a los demás, de salir airoso y victorioso, a base de imposición o de un mazazo tras otro en el convencimiento de que mi verdad, es única.
¿Mentimos para sobrevivir?
Atónito, voy descubriendo en Mi Camino de vida, que yerro una y otra vez, porque no veo, no escucho, no sopeso, las infinitas verdades que pululan delante mio, y que me niego a aceptar, por si salgo herido o derrotado ante la posibilidad de descubrir “La Verdad”.
Quizá una vez más, el miedo, enmascara “La verdad”, mi verdad. Hago responsables a los demás, o a las circunstancias de la vida, huyendo de la realidad, así creo, que “La verdad” queda supeditada a mis necesidades, imponiéndola sin mayor rigor a los demás.
Uno siempre encuentra razones para tener razón
Poco a poco voy cambiando, porque aprendo. Dejo la puerta abierta a nuevas verdades, sorprendiéndome afortunadamente, viendo que el jardín que se presenta a mis pies, es infinito y variado.
«Dicen que las mentiras pueden dar la vuelta al mundo antes de que la verdad tenga tiempo de ponerse las botas…»
¿Será cierto? ¿O prevalecerá mi verdad, tu verdad o la de tod@s?
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