Una vez pasada la euforia del Google I/O llega el momento de empezar a mirar con mas calma los productos que nos presentan como tendencias futuras. En concreto me centraré en el Chromebook Pixel, el nuevo portátil presentado por Google.
El impacto que ha tenido el Pixel es sorprendente, a todo el mundo le gusta y les encanta la idea de un portátil de pantalla táctil, pero miremos un poco mejor sus características.
Una de las cosas de las que presume Pixel es de su pantalla, con 239 ppp (pixeles por pulgada). Si lo comparamos con la pantalla retina del iPad (264ppp) o el Macbok Pro (220ppp) vemos que la diferencia es mínima, es decir, la pantalla no trae nada nuevo, aunque evidentemente su calidad de imagen sigue estando por encima de la gran mayoría de portátiles.

Respecto a los gestos de la pantalla, tiene las mismas aplicaciones que cualquier tablet, lo que aparentemente da bastante comodidad.
Hasta aquí todo normal, un portátil con muy buena pantalla y táctil. Con un precio un poco privativo a pesar de que el hardware (procesador, RAM, etc) en otra marca no nos costaría tanto. ¿Pero, que pasa con el Sistema Operativo?

Junto con la compra de Pixel nos dan 2 años de acceso a la nube, pero una vez se acabe el tiempo, deberemos pagar para poder seguir accediendo a nuestros archivos. Dejando a parte el tema de la privacidad (que ninguna nube garantiza al 100%) debemos que tener en cuenta que a diferencia de otras como iCloud o DropBox, que guardan una copia local, Chrome OS almacenará los datos solo en la nube, dejando un pequeño disco duro de 32GB (SSD, eso sí) para almacenar las aplicaciones.
Otro detalle que no debe pasar por alto es que el modelo “normal” de Pixel soporta redes LTE pero no incluye wifi. Si queremos tener wifi para navegar desde casa, deberemos desembolsar un extra. ¿En que cabeza cabe que un portatil no tenga una tarjeta wifi? En mi opinión ha sido una apuesta demasiado arriesgada, ya que las redes LTE aún no están funcionando correctamente. Hay que tener en cuenta, además, que los precios de las conexiones de alta velocidad en nuestro país son, cuanto menos, exagerados, por lo que Pixel perderá mucho mercado español debido a su dependencia total de la nube.

En conclusión:
Como novedad y giro completo al concepto de pc personal, no está mal, pero no parece que esté diseñado para cubrir las necesidades de un mercado actual, es más, orienta a sus compradores a depender de Google exclusivamente. Es como si de repente, todas las empresas hubieran decidido “encadenar” a los usuarios a sus marcas, ya que estas prácticas evocan muchísimo a la manera de funcionar de Microsoft o Apple.