Revista Opinión

La verdad sobre la píldora alemana

Publicado el 04 marzo 2013 por Alchavida
Como es sabido, en el mes de enero, a raíz del rechazo de asistencia a una víctima de violación por parte de dos hospitales católicos de Colonia, la Conferencia Episcopal Alemana publicó una nota dirigida a los hospitales católicos con indicación expresa de atender a este tipo de pacientes, que no pueden rechazarse, sin más, por el mero hecho de no padecer una enfermedad orgánica, y con una serie de orientaciones básicas para dicha atención. En este documento se mencionaba la posibilidad de administrar contraceptivos o preparados hormonales, siempre que no tuvieran efecto abortivo precoz.
El documento fue aireado -o quizá mejor, tergiversado- por alguna prensa sensacionalista, que afirmó que la Conferencia Episcopal daba por bueno el empleo de la píldora del día después para tratar la violación, y que habían consultado previamente a teólogos expertos y a la Academia Pontificia para la Vida. Como puede verse en la traducción del punto conflictivo del documento, los obispos alemanes hablaban de "una vez constatada la disponibilidad de nuevos preparados con principios activos alterados". También la Academia Pontificia para la Vida negó que hubiera afirmado que la píldora del día siguiente se puede emplear para tratar (en el aspecto meramente fisiológico) a estas pacientes.
De todos modos, es extraña la afirmación de la existencia de esos presuntos "preparados con principios activos alterados", que no tendrían nunca efecto abortivo: actualmente no existen contraceptivos ni píldoras del día siguiente comercializados sin ningún efecto abortivo. El efecto de provocar la muerte del embrión ya formado no se produce siempre, con lo que su empleo no es equiparable sin más al aborto, pero sigue siendo éticamente incorrecto.
En un reciente artículo, el Doctor Justo Aznar, Profesor de la Universidad Católica de Valencia, concluye: "Las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Robert Zollitsch, arzobispo de Friburgo, afirmando que los avances médicos permiten usar píldoras que no provoquen el aborto, sino que únicamente impidan la fecundación, para evitar un embarazo no deseado tras una relación sexual no protegida, que es para esto para lo que se utiliza la "píldora del día después" (levonorgestrel) y también la de los "cinco días después" (ulipristal acetato), parece que no pueden aplicarse, atendiendo a las evidencias científicas existentes hasta la fecha, dentro del campo de la contracepción de emergencia, pues de los fármacos actualmente utilizados con tal fin no se puede asegurar que actúen siempre por un mecanismo anticonceptivo. Es decir, siempre existirá alguna ocasión en que su efecto se consiga por un mecanismo antiimplantatorio, es decir abortivo, lo que invalidaría moralmente su uso".

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