Revista Cine

La vida de los otros (das leben der anderen; alemania, 2006)

Publicado el 29 julio 2015 por Manuelmarquez
LA VIDA DE LOS OTROS (DAS LEBEN DER ANDEREN; ALEMANIA, 2006)

* Crítica de 'La vida de los otros' ('Das leben der anderen'; Alemania, 2006), de Florian Henkel von Donnersmarck, con Martina Gedeck, Ulrich Mühe y Sebastian Koch.-


Impresionante. No se me ocurre otro término más expresivo, adecuado ni exacto para describir la sensación que despierta el visionado de una película como La vida de los otros: una soberana lección de cómo, cuando se cuenta con el talento suficiente para trabajar con ellos, no se necesita nada más que un guión sólido y bien construido y un cuadro de intérpretes competente y compacto para manufacturar una película excelente. Y La vida de los otros, sin duda alguna, lo es.
Serían muchos los elementos puntuales del film sobre los que cabría extenderse en panegíricos tan amplios como merecidos. Pero si hay algo realmente fascinante en La vida de los otros más allá del fidedigno reflejo que, a través de su historia, nos ofrece de un sistema sociopolítico aberrante por lo embrutecedor, es el magnífico retrato individual –soportado, especialmente, en una sobria, casi pétrea, puesta en escena por parte del debutante Von Dönersmarck, amén de en unas interpretaciones igualmente contenidas- de una serie de personajes que son perfectamente entendibles, por su condición universal, fuera de las coordenadas de ese sistema –sin por ello dejar de ser exponentes paradigmáticos del mismo-, y que, además, son la demostración palpable de que la naturaleza humana (cuando sabe retratarse sabiamente por el cineasta) siempre es compleja, diversa, ambivalente.
Un agente de la policía de seguridad, la temida Stasi, cuyo sentido del deber y entrega a la causa traspasa, con mucho, los límites de lo racionalmente esperable, pero que, aún así, conserva un pálpito de integridad redentora; un superior de éste con una ética bastante más laxa y de fronteras mucho más difuminadas; un ministro baboso y corrupto, que se mueve imbuido de una sensación de omnipotencia –y una moral utilitaria- para la cual no hay límite oponible; una actriz hermosa y angustiada, debatiéndose a cada paso al borde de un abismo de culpa y duda; un autor teatral incapaz de rebelarse ante las injusticias más evidentes por temor a perder un estatus pobre, pero, aún así, años luz por encima del de sus conciudadanos, pero que también sabrá, llegado el momento, dar un paso adelante. 
¿Hay alguno de ellos que no sea trasladable, más allá de detalles circunstanciales, a cualquier otro entorno temporal y/o geográfico? Francamente, no. Y asusta pensar que los “suyos” fueron tan poco diferentes a los que ahora son los “nuestros”. Ahora bien, la perspectiva caleidoscópica de todos ellos interactuando en el marco de una trama (maravillosamente urdida sobre una evolución paulatina de roles y posiciones), que los pone en contacto y entrecruza sobre ese fondo opresivo y descorazonador al que antes aludía, es la que nos termina dando la radiografía tan fiel como despiadada de un régimen que –afortunadamente- no sobrevivió a la persistencia de las pautas vitales que había inoculado en sus víctimas y sufridores.
Y, aunque todo lo antes reseñado pueda transmitir la impresión de que nos hallaremos ante un film sórdido, frío u hosco, nada más lejos, en realidad, de tal transmisión de sensaciones. Hay un poso de contención y distancia que embrida en todo momento el desarrollo dramático, consiguiendo, hasta el final, que las emociones no lleguen jamás a desbordarse. Pero de ahí a la hosquedad hay un trecho que jamás llega a recorrerse, dejando el regusto en un punto agridulce (ese punto medio en el que, según reza el tópico, radica la virtud) muy equilibrado.
Una gran película, en suma, a la que su Oscar a la mejor película en lengua no inglesa benefició, indudablemente, en términos comerciales, sin que ello le quite ni añada mérito alguno a los que ya ostenta por su propia condición: la de uno de esos escasos títulos de los que, entre los que llegan a nuestras pantallas a lo largo de una temporada, sería una auténtica lástima no disfrutar. Avisados quedan...
CALIFICACIÓN: 9 / 10.-
* En la imagen; Martina Gedeck, protagonista de la película.- Fotografía proveniente del fondo de Wikimedia Commons.- 

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