Muchos saben que la vida es corta. Y otros muchos, lo intuyen o lo creen. Y a todos en algún momento, nos lo ha parecido. Esa sensación nos lleva a entender que la mejor manera es pasar por ella es usando ese irremediable "carpe diem". Y es estupendo. El mal rollo viene cuando cuando no sabemos latín y nos traducen el concepto como "vive al día" en vez de "vive el momento". Algunos ni entenderán cuál es diferencia, porque los separa una sutil línea semántica temporal. Ya saben que los sinónimos no existen en el plano lingüístico ( véase el post "los sinónimos no existen"). Vivir al día no significa ser estúpido y comportarse como la chicharra de la fábula de La Fontaine, esa que se remonta a los tiempo de Esopo (la fábula es un cuento con moraleja incluida, a pesar de que todos los cuentos tienen su moraleja). La vida puede parecer corta, pero es larga y dura al llegar a cierta edad. Y es porque, antes, sí que era corta vitalmente, igual que ahora en algunos lugares del mundo, cuando la esperanza de vida es corta literalmente hablando. Así, ese "carpe diem" sí es una solución casi idéntica semánticamente a "vivir el momento", puesto que día y momento apenas se diferencia en la temporalidad vital. En aquellos países en los que existen la mediana edad, "vivir el momento" es no dejar un instante de respirar de todo lo que rodea por anodino que sea. Cada día tiene algo distinto al anterior que constituye ese momento que uno no debe dejar pasar como desarpecibido. Cada día puede cambiar nuestro pensamiento sin darnos cuenta. Y finalmente pensamos distintos sobre lo mismo en tan sólo horas o días. La vida no es corta nada más que para aquellos que se dejan llevar por traducciones anómalas atemporales de conceptos vitales. Cada generación tiene una concepción vital distinta a la anterior. A nadie se le escapa que el entendimiento de la verdad de la vida es una mera alegoría de la inestabilidad del progreso de la conciencia humana. La vida empieza teniendo la velocidad de un tren bala, y termina con la de un tren de mercancías lento y tintineante, si han tenido la suerte de montarse y viajar en él. La mentalidad humana se dividen entre aquellos que saben que su vida será corta, y aquellos que creen que tienen una alta probabilidad de llegar a jubilarse y más allá.