La virtud de Checchina ¿comenzamos una semana literaria?

Un lunes tan lluvioso como este, tan plomizo en muchos puntos de la península, no hace sino pedirnos una novela que encaje con este desasosiego generalizado. Por eso hoy no hemos pensado en novelas con final feliz, o simplemente novelas de intriga, sino más bien nos hemos decantado por una novela donde el amor cobra protagonismo, pero a través de un triángulo amoroso en La virtud de Checchina.

En La Virtud de Checchina, acompañaremos a su protagonista por una historia de amor a varias bandas. Su protagonista no se diferencia mucho a otras protagonistas de novela amorosa de este género, porque es una señora burguesa, acomodada en un matrimonio relativamente aburrido pero que tiene diversas amistades en algunos círculos de la sociedad. Ahora bien, en este caso, nuestra protagonista se verá seducida no solo por un amor fuera de su matrimonio y algo de diversión, sino también por una posición económica más aventajada.

Muchos lectores han sido seducidos por esta novela por diversas razones, pero principalmente una de ellas es el tono que utiliza la autora de este libro para contar la vida de la protagonista, un tono cómico y casi irónico, porque retrata cómo Checchina se desvela a la hora de decidir si ha o no de acudir a una cita con su amado. Sin duda una historia que la sacará de su monótona vida, pero ¿a dónde la llevará? ¿estará haciendo bien? En cierto modo podemos decir que cuando leemos La virtud de Checchina no sabemos muy bien si nos encontramos ante una comedia o más bien ante una tragicomedia porque nuestra protagonista no aspira realmente a mucho y de ahí que su vida le oprima.

Desde Imosver os recomendamos La virtud de Checchina para mimetizaros con este estado de ánimo tan plomizo, aunque al ser una novela bastante corta, no nos dará tiempo a dejarnos llevar por la desesperación, sino más bien encontrar nuestro entretenimiento propio y una manera de desconectar con La virtud de Checchina.