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La vitamina C no es necesaria en perros y gatos porque estos la producen de manera natural. Mucha gente se pregunta por qué la añaden muchos alimentos e incluso la promocionan como un nutriente benéfico para la salud de estas especies.
Desde que la vitamina C fue descubierta por allá de los años veinte del siglo pasado mucho sabemos ahora sobre su función en perros y gatos. Cierto que en humanos es necesaria su suplementación porque no la producimos de forma natural, así como muchos otros mamíferos, peces y pájaros. Sin embargo, en lo que concierne a perros y gatos su adición en el alimento no es necesaria porque su organismo produce la cantidad necesaria para las funciones vitales. Entonces, ¿Por qué los alimentos para estas especies son suplementados con esta vitamina?
Primera defensa
El cuerpo sufre muchos –miles de millones- procesos oxidantes a diario y necesita defensas para detener estas agresiones. La vitamina C actúa como esa primera barrera de defensa, dispuesta a entrar en acción y parar a estas dañinas reacciones de oxidación. Debido a que es una vitamina hidrosoluble –se disuelve en agua- es muy segura su utilización, incluso en grandes dosis, el cuerpo la metabolizará (desintegrará) enseguida.
Debido a su poder de reducción en la oxidación es una ayudante perfecta en muchos procesos bioquímicos, ayudando, por ejemplo, a la regeneración de muchos antioxidantes como la vitamina E y carotenoides como los betacarotenos.
¿Es necesaria su suplementación?
Viendo los efectos benéficos no nos queda duda que tomar vitamina c puede ayudar mucho. Pero qué pasa en especies como los perros y los gatos que son capaces de generarla por sí mismos. Aquí vuelve a surgir un fenómeno de antropomorfización –humanizar a nuestras mascotas y tratarlas como tales-. Hay múltiples estudios donde la suplementación con vitamina C ha causado efectos benéficos. Por ejemplo, en procesos oxidativos tan graves producidos por el tabaco y el alcohol, la vitamina C se presenta como un buen defensor. Enfermedades como el cáncer que genera muchos radicales libres, incluso en procesos osteo artríticos de distintas articulaciones se han visto mejoras.
Por las razones anteriormente expuestas se cree que en los perros y gatos también los ayudaría ¡Pero si perros y gatos producen su propia vitamina C! Claro, sin embargo lo que dicen expertos e investigadores es que ante procesos de estrés ya sea por enfermedad o cualquier otro las agresiones oxidativas aumentan, y perros y gatos tienen una tasa lenta de producción de este antioxidante, esa es la razón que argumentan los defensores de la adición de vitamina C. Por desgracia, los estudios hechos no terminan de dar pruebas contundentes sobre los efectos benéficos. Por otra parte, tampoco se puede afirmar lo contrario –que no funcione o ayude-. Y la tesis expuesta –la adición o suplementación de vitamina C en procesos de estrés no es dañina y puede ser benéfica- es muy lógica y tiene peso.
Situaciones prácticas.
En las dietas caseras para perros con cáncer hay que evitar carbohidratos, sin embargo se permiten algunos de bajo nivel glicémico como lo son la coliflor, col de Bruselas, repollo, brócoli. Curiosamente estos vegetales son altos en vitamina C. Si son rehogados y mezclados con carne y bien condimentados resultan una buena comida casera que casi todos los perros aceptan. Hablando de carnes, el hígado es una excelente fuente de vitamina C, aunque hay que tener mucho cuidado en su inclusión por los desequilibrios que puede provocar su bajo contenido de calcio y alto de fósforo.
En lo que se refiere a nutrición ortomolecular –elementos nutricionales que ayudan o contribuyen a nuestra salud- la adición de complementos vitamínicos altos en vitamina C es una de las terapias aceptadas para combatir este tipo de procesos oxidativos que requieren altas dosis de antioxidantes.
En la industria de los alimentos para mascotas estos alimentos no se incluyen tan fácilmente, sin embargo se adiciona de una manera distinta, la más común es en forma de ácido ascórbico.
Suplementar o no suplementar, esa es la cuestión.
Si un perro o gato está sano y joven quizá su adición no sea necesaria, o los efectos benéficos no son tan “visibles”. Por otra parte, en cualquier proceso de enfermedad o estrés así como al inicio de la edad madura quizá convenga suplementar con vitamina C. La siguiente pregunta quizá aclare un poco el panorama ¿Qué perdemos? Es una vitamina con prácticamente ningún efecto tóxico debido a su hidrosolubilidad, es barata, no va a causar daños y puede beneficiar o al menos retardar los efectos negativos de los procesos oxidativos.
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Carlos Gutiérrez Veterinario
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