Hace tan sólo unos días cerca de Acapulco, México, encontraron unos 61 cuerpos en un viejo crematorio próximo (unos 200 kilómetros) al lugar dónde habían desaparecido los 43 estudiantes normalistas el 28 de septiembre de 2014. Este hallazgo que conmovió a la opinión pública ha tenido pocas repercusiones mediáticas posteriores en los medios internacionales. Aún, a más de una semana del descubrimiento, no existen ni declaraciones oficiales ni investigaciones que permitan llegar a certezas de quienes eran esos cuerpos.
Lo cierto es que México y su pueblo necesitan de todos nosotros...
Haciendo crecer a este especial ahora llega la voz desde Brasil de Dan Porto, un escritor que nos regala un texto breve pero profundo. Este es el primer posteo bilingüe
Para conocer más del hallazgo de estos cuerpos pueden visitar este link del diario LA NACION de la Argentina
La lágrima que lloro no es por mí y ni es mía. Es la lágrima del miedo que brota de cada corazón angustiado. La lágrima que antecede la ausencia. La lágrima que no seca a la distancia.
Aquel que parte, no parte por su querer. Por su querer seguiría amando. Pero parte partido de esperanza y milagro. Y duele la esperanza diluída en el asfalto.
Y yo sigo llorando. Sigo llorando la lágrima de miedo, reza en la sombra reza en la luz. La lágrima que lloro carga una esperanza fingida de tímida, porque, en el fondo, yo vierto en los pies de los condenados el elixir de la larga vida para que sigan, hasta cuando viejos, creyendo en el amor. En el fondo, yo vierto en la Tierra la lágrima cristalina de la Fênix, certera e inquebrantable.
De los pies de la infancia va a brotar la esperanza para el corazón de los condenados. No para que olviden sino para que vivan!
Dan Porto(Lágrima del miedo)
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(Versión original)
A lágrima que eu choro não é por mim e nem é minha. É a lágrima do medo que brota de cada coração aflito. A lágrima que antecede a ausência. A lágrima que não enxuga a distância.
Aquele que parte, não parte por seu querer. Por seu querer seguia amando. Mas parte partido de esperança e milagre. E dói a esperança diluída no asfalto.
E eu sigo chorando. Sigo chorando a lágrima do medo, ora na sombra ora na luz. A lágrima que eu choro carrega uma esperança fingida de tímida, porque, no fundo, eu verto nos pés dos condenados o elixir da longa vida para que sigam, até quando velhos, acreditando no amor. No fundo, eu verto na Terra a lágrima cristalina da Fênix, certeira e inabalável.
Dos pés da infância vai brotar a esperança para o coração dos condenados. Não para que esqueçam. Mas para que vivam!
Dan Porto(A lágrima do medo)
Para leer TEXTOS del autor de este blog (Leandro Murciego)