Revista Cocina

Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña

Por Atableconcarmen @atableconcarmen

Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña  
 
A principios de otoño solemos hacer una escapada a la naturaleza, en la que pretendemos mezclar senderismo, gastronomía y, sobre todo, empaparnos de aire puro, de bosque, de montaña, de riachuelos espontáneos y de esos escenarios tan magníficos que sólo la naturaleza puede lograr. En esta época la paleta de colores es un festival de verdes, rojos y amarillos, y nos podemos quedar embobados mirando y perder la noción del tiempo. Relax psicológico, que no físico, y desconexión elevado a la n-ésima potencia.
Con estas intenciones comenzó todo. Era mediados de octubre, en el horizonte un señor puente de 4 ó 5 días libres y un objetivo: Valle de Tena. Comenzaré por el principio, Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña
 
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña
 
No solía compartir la información de los alojamientos en los posts, pero veo que os resulta de interés, a juzgar por los mensajes privados, así que, de vez en cuando, y si los considero muy muy buena elección, dejaré los datos en cuestión.
A Lanuza llegamos a media mañana. Habíamos hecho noche en Zaragoza, los recuerdos gastronómicos de hace unos meses nos habían animado a hacerlo, y nos apetecía muchísimo cenar en Casa Lac, esta vez en la planta baja. Tapas gastronómicas que no tienen nada que envidiar a los platos de la carta, en ocasiones son los mismos platos en versión mini, y unas copas de un Somontano. A estas alturas ya parecía un día de fiesta, habíamos olvidado la jornada laboral.
Zaragoza estaba a punto de iniciar sus fiestas mayores y nosotros huimos de este tipo de aglomeraciones, así que a la mañana siguiente salimos temprano, de modo que llegábamos a Lanuza mucho antes del mediodía.
En el Hotel La Casueña nos recibe Miguel, quien nos acompaña a la habitación. Aquí todas las habitaciones llevan el nombre de algún escritor, la nuestra está dedicada a Juan Rulfo y en el cristal de la mampara del baño encontramos, grabado, un fragmento de una de sus obras.
  
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña     
La primera impresión con el alojamiento es muy buena. Calidez en el trato, en la habitación y en las salas comunes, detalles con mucho encanto. Con el paso de los días sólo haremos que ratificar esta primera impresión.
Hablamos sobre nuestros planes, Miguel nos hace sugerencias. Existe mejor alternativa para alguna de las rutas que pensábamos hacer dada la época del año y confiamos en su experiencia.
El recorrido de hoy, sin embargo, permanece inalterado. Para abrir boca y hacerle el rodaje a mis nuevas botas de montaña, comenzamos por la ruta circular que rodea el Embalse de Lanuza y que va de Lanuza a Sallent de Gállego y viceversa. Siete kilómetros de nada que nosotros ampliamos con un par más acercándonos a la cascada de El Salto.
  

Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña


Desde Lanuza iniciamos la ruta en el sentido de las agujas del reloj, nos dirigimos hacia la presa del Embalse de Lanuza. Desde allí las vistas del embalse con la Peña Foratata al fondo ya son espectaculares. La cruzamos y seguimos por el sendero PR-HU 92, que es el camino natural del embalse.
  
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña      
A veces el sendero se estrecha y aumentan los árboles y arbustos, luego se ensancha y hay pequeñas zonas con mesas de madera. Es en esta parte cuando más cercano al embalse caminamos y desde donde se obtienen las mejores perspectivas del Valle de Tena.
Aunque acabamos de salir nos sentamos al sol en una de estas áreas. ¡Qué maravilla! Justo enfrente, al otro lado del embalse, Lanuza. Un pueblo que quedó casi completamente abandonado en los 80 y cuyos antiguos vecinos comenzaron a recuperar en los 90, convirtiéndolo de nuevo en un pueblo vivo. Hoy en día es la sede principal del festival cultural y musical Pirineos Sur.
  
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña
 
Y que tranquilidad. Sólo se escuchan los cencerros de alguna vaca que no debe andar muy lejos pero que no conseguimos ver. En el camino, varios muros de piedra que separan los campos, y alguna puerta rudimentaria que abrir y volver a cerrar para que no se escapen esas vacas que no vemos.
El sendero se acaba ya en las inmediaciones de Sallent de Gállego, basta cruzar un puente metálico y nos encontramos en el otro punto de partida de este recorrido circular.
Paseamos por Sallent de Gállego, revisamos el mapa que llevamos y como la ruta es corta decidimos ampliarla acercándonos hasta la cascada de El Salto.
  
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña
 
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña     
El Salto es la cascada del río Aguas Limpias y su acceso está jalonado por paneles que explican las características de la vegetación que nos rodean. El recorrido es corto, poco más de 2 km. Pero a diferencia del anterior, este si tiene subidas y bajadas, pero de baja dificultad.
  
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña     
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña     
Después volvemos a Sallent de Gállego y de ahí a Lanuza, pero esta vez por el otro lado, por una carretera apenas transitada.
  
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña
 
Es media tarde, todavía no acortan los días, por lo que cuando llegamos al hotel cogemos el coche y nos vamos al Balneario de Panticosa. Situado en uno de los rincones más bellos de los Pirineos, su entorno sólo inspira paz. Cuando salimos del coche se nota el frío, su ubicación y su orientación hace que a estas horas quede completamente a la sombra y el descenso del termómetro, respecto de Lanuza, es considerable.
  
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña
 
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña
 
Paseamos por los alrededores y tomamos un té en el Gran Hotel, después volvemos a Lanuza.
   
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña
 
La Casueña nos vuelve a recibir con calidez. Después de un jornada al aire libre y de pre-calentamiento de nuestros pies, es muy reconfortante que un alojamiento como éste nos esté esperando.
  
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña
 
Una ducha caliente nos dejará como nuevos. Es el momento de tomar una cerveza en la sala biblioteca que en La Casueña tienen repleta de literatura, de libros de fotografía, de viajes, de revistas.
  
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña       Los días en el Valle de Tena comienzan pronto. Cada día, un completísimo desayuno preparado por Marian nos va a dar los buenos días y dejar listos para iniciar la ruta que tenemos organizada. Durante la excursión tomamos un tentempié pero no hacemos comida formal, así que estos días cenaremos temprano.
En La Casueña cada día nos tienen preparado un plato diferente, además están los de la carta, todos apetitosos. Cocina a medio camino entre la cocina tradicional y la cocina moderna, bien presentada y sin dejar de lado los productos de la zona. Difícil decidirse. Desde la primera noche constatamos que Marian es una excelente cocinera y sus platos nos engancharon tanto que decidimos realizar allí todas nuestras cenas.
  
Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña
 
Os dejo algunas imágenes de los platos que elegimos en nuestras cenas, en alguna ocasión hasta repetimos. Y es que el Coulant de Merluza me resultó tan delicioso que no pude resistirme. Tengo pendiente prepararlo yo en casa, a ver si me sale igual de bien.
  

Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña


Tataki de atún con ajoblanco, acompañado de brotes tiernos - Ensalada de queso Brie crujiente, frutos secos y vinagreta de tomate - Coulant de merluza y marisco - Entrecot a la plancha con su guarnición - Sorbete de limón y albahaca

    

Lanuza, su Embalse y Hotel La Casueña


Ensalada de queso Brie crujiente, frutos secos y vinagreta de tomate -Borraja sobre puré de patata trufado, Boletus y huevo poché - Carrilleras de cerdo Ibérico guisadas al vermut - Lomo de bacalao al horno sobre cama de pimientos asados y salsa romescu

    
Nuestro primer día en el Valle de Tena había superado nuestras expectativas, era momento de retirarse a descansar, mañana nos esperaba una dura pero bella excursión.
Etapas de este viaje:

De interés:  

 Bon Voyage!


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