Aunque coincida con el Long Goodbye Tour, nunca se sabe si este inFinite será el último album en la historia de Deep Purple. Menos si ves la tapa con ese camino que forma el símbolo del infinito, y de paso la d y la p.
Desde el primer track Time for Bedlam hasta el Roadhouse Blues de los Doors, aparecen todos los rasgos distintivos, especialmente los riff de guitarra y órgano Hammond, por mas que ahora no estén Ritchie Blackmore-Jon Lord sino Steve Morse-Don Airey. No falta algún tono medio árabe como es costumbre y la voz aguerrida de Ian Gillan, que evidentemente no acusa el paso del tiempo, salvo si pretendés que cante Chico Puntual. No seas malo. El disco fué editado en cuanto formato fué posible, incluyendo SHM-CD (Super High Material CD), Alta Definición Digital y hasta un box set con cinco LPs, un CD y un DVD. Además curiosamente está alcanzando los mejores puestos de venta desde los días de Perfect Strangers.
Tanto la gira del Largo Adiós como el disco motivaron la aparición de Deep Purple en las tapas de un montón de revistas especializadas, en general europeas, aunque la mayoría no se complicó demasiado y eligió de la gacetilla de promoción, repitiendo en varios casos.