En muchos de los barrios más pobres del mundo, las casas se construyen a partir de cualquier material que la gente pueda tener en sus manos, a menudo sin ventanas ni electricidad. Esto significa que los edificios son muy oscuros durante el día, lo que reduce la calidad de vida, la seguridad y la productividad. Pero la situación puede mejorar con sólo una botella de refresco usado, un poco de agua y lejía. Echar un vistazo a esta solución inteligente, desarrollada por el MIT y distribuida por el proyecto un litro de luz.