Revista Tecnología

Las características de un coach (Parte 3).

Publicado el 30 mayo 2017 por Daniel Costa Lerena @costalerena

Proactividad, especialización y actualizacion del coach.

En artículos anteriores comencé el análisis de las características básicas de un coach profesional; elementos que encontramos en los profesionales del coaching, como por ejemplo:

  • Generar sinergias positivas con sus clientes y en su entorno.
  • La autogestión efectiva para el coach autónomo o dependiente de una empresa. 
  • Los factores básicos de la ética del coaching.
  • La imagen de un coach profesional.
  • Las habilidades sociales y la asertividad.

Ahora me centraré en la actitud proactiva del coach, su grado de especialización en las diferentes áreas del coaching, la importancia de estar al tanto de las novedades del sector, y los procesos de mejora constantes.

La actitud proactiva del coach.

coachingUn coach no se puede permitir la pasividad como estilo de trabajo, y su actitud debe ser proactiva y orientada al resultado.

Su actitud siempre ha de estar orientada a la consecución de los objetivos determinados con los clientes; previendo eventuales contratiempos, y estando en constante supervisión tanto de su actitud como de la de sus clientes.

La actitud proactiva no es una simple cuestión de actividad o de predisposición, se sitúa en otro nivel de la conducta activa, y se contrapone a la pasividad.

Muchos conceptos se vinculan a la actitud proactiva, y también el comportamiento proactivo de un coach se define por sus acciones y rasgos particulares: posición de adelantamiento, capacidad para la efectiva resolución de conflictos, altos niveles de resiliencia, discernimiento entre conflicto y problema, grado de adaptación al cambio, autoconocimiento, etc.

Formación y educación no son la misma cosa!

Por otro lado, existen otras variables que condicionan de un modo u otro al profesional del coaching: nivel de formación, grado de educación, dominio de ciertas áreas del conocimiento, experiencias vitales particulares, etc.

El coach al día de las novedades del coaching.

El coaching, como todas las profesiones, requiere de un alto grado de adaptabilidad a las nuevas tendencias y metodologías de trabajo.

Independientemente de las diferentes corrientes del coaching, constantemente se realizan descubrimientos de nuevas técnicas, las cuales pueden eventualmente beneficiar el trabajo del coach.

Un coach informado no significa que simplemente se limite a la recogida de información a través de diferentes medios respecto de las novedades del coaching; su actitud proactiva debe combinarse con un pensamiento crítico, como medio para lograr adaptarse y sacar el máximo provecho de los nuevos conocimientos.

Generar sinergias positivas con los colegas del sector, asistir a eventos presenciales u online vinculados al coaching, estar al tanto de las posibles nuevas regulaciones legales que afectan a la profesión, y otras cuestiones similares son muy importantes de ser tenidas en cuenta.

El coach en constante proceso de mejora.

coachingLa búsqueda de la excelencia personal, la formación profesional y las habilidades personales de un coach no son factores estáticos; al contrario, un profesional del coaching debe trabajar constantemente sobre dichos elementos.

Un coach no puede ni debe conformarse con su nivel de formación, como tampoco procede que caiga en la desidia o en la auto-complacencia.

Un coach profesional nunca termina de formarse, y tampoco se conforma con sus habilidades adquiridas, siempre está en un constante proceso de aprendizaje y perfeccionamiento de sus técnicas aprendidas.

El proceso de aprendizaje no termina nunca, y cuando sentimos que comprendemos algo, pasando del entendimiento racional a la comprensión mediante la experiencia, significa que debemos seguir adelante.

La curiosidad y la necesidad de ampliar nuestro modelo del mundo, propio de los niños pequeños, son factores fundamentales en nuestras vidas, tanto a nivel personal como profesional.

La perfección no existe y la excelencia parece una quimera; sin embargo, al intentar conseguir la perfección y procurar la excelencia conseguimos mejorar.

Me refiero a un “proceso de mejora”, atendiendo desde las necesidades particulares, y estableciendo objetivos congruentes con dichas necesidades. Centrados en el proceso, disfrutando de la experiencia y consiguiendo resultados, no enfocados en el objetivo por el objetivo mismo.

La negociación y la comunicación en el coaching.

El coach profesional deberá tomar la negociación como parte de su día a día, y no solo con sus clientes, también con las diferentes personas que establezca relaciones interpersonales.

El negociar de forma efectiva es una necesidad para el coach, como también lograr comunicarse satisfactoriamente con sus clientes y con su entorno. Tanto la negociación como la comunicación son valoradas como herramientas, y si no se cuentan con ellas se pueden adquirir.

Lo anterior, es algo que todos los coaches profesionales saben desde sus comienzos, y sin embargo muchas veces se tiende a orientar dichas necesidades y conocimientos vinculados a las necesidades de los clientes; dejando de lado un aspecto de vital importancia a nivel profesional.

En el coaching profesional ciertos dichos populares o preceptos muy antiguos no tienen cabida; como por ejemplo la frase que dice: “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”.

Al contrario, un coach siempre debe hacer lo que dice a sus clientes, y estar siempre alineado entre sus pensamientos, sentimientos y actitudes.

Si los clientes detectan la incoherencia del coach, puede minar la confianza depositada en el profesional, o cuando menos condicionar negativamente la relación establecida.

Todo marco de negociación implica una comunicación clara y directa; y en el coaching, desde la formulación de preguntas hasta las recomendaciones transmitidas, también se debe utilizar un lenguaje claro y directo. 

La especialización dentro del coaching.

En la actualidad los grados de especialización en todas las profesiones son determinantes; y en el coaching existen diferentes especialidades y grados de profundidad en el conocimiento de las diferentes áreas.

Si observamos el ámbito universitario, actualmente encontramos que por ejemplo una licenciatura es solo el comienzo del estudio de una profesión. Doctorados, postgrados, masters y cursos de especialización se orientan directamente a conseguir profesionales no solo altamente cualificados, sino sumamente especializados en un área específica del conocimiento.

Desde luego todo suma, y enriquece al profesional del coaching; por eso es muy importante la predisposición a la adquisición de nuevos conocimientos; aunque también es determinante orientarse hacia áreas especificas del coaching.

El grado de especialización de un coach, sumado a su nivel de experiencia en el ejercicio de la profesión dentro de un área específica, determina como resultado a un profesional experto.

No obstante, entiendo procede hacer referencia cuando menos de forma superficial a la cantidad de horas para ser considerado un experto en algo. Desde hace décadas cuantificar las horas de ejercicio profesional persigue varias finalidades, las cuales no critico, sino que simplemente me hacen preguntar por la calidad de dichas horas de ejercicio profesional.

No me refiero al ámbito profesional universitario, porque en ciertas áreas uno debe hacer hasta una residencia como por ejemplo en psicología clínica. Curiosamente, en dichos entornos de alta exigencia profesional los grandes de verdad nunca se autodenominan expertos; al contrario, parece que supieran tan poco que necesitan aprender cada día.

Sin embargo, y aquí viene el punto que quiero aislar, dentro del ámbito del coaching parece que solo existen expertos; no hay ningún profesional del área que recién comience o que tenga pocas horas de consulta realizadas.

No pretendo ni quiero entrar en polémicas con colegas o escuelas de coaching; parto desde el respeto y orientado en positivo hacia punto al que quiero llegar. No hay regulación y la formación en coaching, aunque muchas veces surge desde universidades, no está registrada como carrera universitaria o acreditada en el BOE (Boletín Oficial del Estado Español).

En fin, casi seguro que consigo que alguno de mis colegas se molesten o se sientan ofendidos; nada más lejos de mis intenciones. Simplemente hago mención al tema porque muchas personas me realizan preguntas sobre la regulación del coaching a nivel gubernamental, y también algunos colegas en su momento me han consultado en dónde estudiar para ser coach.

Insisto, mis respetos a todas y cada una de las escuelas de coaching del planeta, a todos mis colegas, y a las diferentes corrientes que existen. Todas y cada una de las asociaciones y/o federaciones de coaching tienen mi máximo respeto, y no solo desde mis palabras sino desde mi más firme convicción.

Resumiendo los puntos analizados respecto de las características de un coach profesional, y de los diferentes aspectos vinculados al coaching; hasta el momento en tres contenidos abordé los siguientes temas:

  • Las sinergias positivas y su importancia.
  • La autogestión del coach autónomo o vinculado a una empresa.
  • La ética del coaching en general y sus principios básicos.
  • La importancia de la imagen personal de un coach.
  • Las habilidades sociales y la asertividad de los coaches.
  • La actitud proactiva del coach y las relaciones interpersonales.
  • La importancia de estar al tanto de las novedades del sector.
  • El proceso de mejora continua vinculada a los coaches.
  • La comunicación y la negociación en el marco del trabajo de coaching.
  • La especialización del coach en áreas específicas de actuación profesional.

En el próximo contenido analizaré los aspectos básicos vinculados al coaching y las nuevas tecnologías, la resiliencia del coach y su adaptación al cambio, la adquisición de habilidades y el perfeccionamiento de las mismas, y algunos factores que intervienen directamente en la práctica del coaching profesional.


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