Revista Espiritualidad
Hablar sobre el budismo con los legos a veces es un poco duro. El budismo es una religión atea, pero tenemos a Amitabha y a Tara verde. Existe la reencarnación, pero lo que se reencarna no es el alma sino… ¿seguro que no preferiríamos que hablásemos de fútbol? Y luego viene cuando les cuentas que el budismo es un movimiento multiforme, que tiene varias escuelas y que algunas de éstas se asemejan lo que un partido de fútbol a uno de petanca.
Buda tenía algo de socrático. Su mensaje consistía en que había descubierto la manera de liberarse del sufrimiento, de salir del ciclo interminable del samsara. Se veía a sí mismo como un médico que sana, no como un filósofo que construye grandes sistemas metafísicos. No tenemos la certeza de qué fue lo que realmente enseñó Buda, aunque existen doctrinas como la de las Cuatro Nobles Verdades que podemos estar razonablemente seguros de que fueron suyas. Lo que consideramos como filosofía budista vendría después. Sus discípulos no podían dejar las neuronas quietas y no pararon hasta que no hubieron elaborado todo un sistema doctrinal en torno a las enseñanzas de Buda.
Un tópico habitual es el de pensar que el budismo theravada es el que refleja más fielmente las doctrinas originales de Buda. A esta opinión ha contribuido el hecho de que el único canon budista completo que se conserva en un idioma índico de una de las escuelas del budismo temprano, es el canon pali de los theravadas. También ha contribuido la autopropaganda que se han hecho los theravadas, en el sentido de que el producto genuino es el suyo.
En torno a un siglo después de la muerte de Buda se produjo la primera escisión entre sus seguidores. Una tradición dice que la escisión fue provocada por discrepancias sobre el vinaya, las reglas monásticas, y la sangha se habría dividido entre los sthaviravadins (cuyo nombre significa “los antiguos”), los rigoristas que interpretaban las normas de manera literal y estricta, y los mahasamghikas (cuyo nombre significa “los mayoritarios”), que abogaban por una interpretación más laxa. Sin embargo, otra tradición dice que el cisma fue algo más tardío y que se produjo por un motivo doctrinal: la naturaleza de los arhats. Quienes defendieron las tesis presentadas por el monje Mahadeva, que rebajaban de alguna manera la figura del arhat como máxima aspiración religiosa, se denominaron mahasamghikas. Los sthaviravadins fueron los que rechazaron esas innovaciones.
La lectura que me parece más sugerente es la que considera que ambas tradiciones se complementan. Parece fuera de duda que hubo un cisma. Es posible que en el cisma se conjugaran motivos dogmáticos y de práctica monacal. Los sthaviravadins habrían defendido un ideal monacal más estricto. El ideal religioso supremo era la figura exaltada del arhat, sólo accesible para los monjes. Los mahasamghikas, aun no renegando del monasticismo y sin pretender la laicización del movimiento, habrían tenido simplemente defendido una mayor flexibilidad en la aplicación de las reglas monásticas y una relectura un poco menos exaltada de la figura del arhat.
Son muchos los que han caído en la tentación de ver en los sthaviravadins a los antecesores de los theravadas y en los mahasanghikas a los precursores del mahayana. Incluso los mismos nombres parece que invitasen a esas identificaciones. Sthaviravada significa en sánscrito “la vía de los antiguos” que es lo mismo que theravada significa en pali. Mahasanghika significa “los de la gran sangha” y seguramente haya que entender el nombre como: el sector mayoritario en el cisma que se produjo. Mientras que la equiparación mahasamghika = mahayana supone estirar mucho las cosas, la equiparación sthaviravadins = theravadas parece más factible. En mi opinión va a ser que no. Los theravadas probablemente procedan de los sthaviravadins, pero de ahí a verles como sus herederos en una cadena ininterrumpida de sucesión…
Las fuentes antiguas nos cuentan que el budismo primitivo se dividió en 18 escuelas, pero no se ponen de acuerdo en cuáles fueron esas escuelas. Lo más probable es que surgieran muchas escuelas, una tradición dijese que habían sido 18 y los autores posteriores elaborasen sus listas con la idea de que hiciesen lo que hiciesen les tenían que salir 18 escuelas. Aparte del número 18, una cosa que tienen en común esas listas es que parten de una escisión inicial entre los mahasamghikas y los sthaviravadins. Ambas escuelas se subdividirían posteriormente en otras. De muchas de esas escuelas prácticamente no sabemos nada sobre sus doctrinas, con lo que resulta difícil saber si marcaba una gran diferencia provenir del tronco mahasamghika o del sthaviravada.
Los historiadores suelen clasificar dichas escuelas dentro del hinayana (el pequeño vehículo), lo que en mi opinión no quiere decir nada. Como mucho quiere decir que son escuelas anteriores a la aparición del mahayana. De aquéllas pocas cuyas doctrinas conocemos mejor, podemos decir que filosóficamente se parecían lo que un huevo a una sandía.
Dado que el término hinayana nos parece derogatorio, hoy se prefiere hablar de budismo theravada contraponiéndolo al budismo mahayana que se practica en el norte y este de Asia. En términos contemporáneos es correcto, porque el budismo practicado en Sri Lanka y el Sudeste Asiático procede de la escuela theravada de Sri Lanka. Sin embargo, aplicado a hace 2.000 años posiblemente sea mejor referirse al hinayana para englobar a todos los budismos que se practicaban cuando surgió el mahayana.
De las 18 escuelas hinayana, sólo sobrevivió la de los theravadas. Los theravadas afirman que proceden de una rama de los sthaviravadins, que se denominó el vibhajjavada o “vía del análisis”. En las listas de las 18 escuelas, el nombre vibhajjavada sólo aparece en la lista que compuso Vinitadeva, que es del siglo VIII. Según Vinitadeva, los vibhajjavadin se escindieron de los sarvastivadin, quienes a su vez se escindieron de los mahasanghika. Esto no cuadra con lo que los theravada dicen de sí mismos, a menos que pensemos que los vibhajjavadin a los que se refiere Vinitadeva casi mil años después fuesen una escuela distinta.
Resumiendo: en el siglo posterior a la muerte de Buda el budismo se escinde en varias escuelas. De todas éstas sólo logró sobrevivir en la India y en Sri Lanka la de los theravada. Aunque la tendencia sea a verles como los depositarios más genuinos de las verdaderas enseñanzas de Buda, yo les caracterizaría de otra manera: representan al budismo que existía unos dos o tres siglos después de la muerte de Buda, antes de que se produjesen las innovaciones del mahayana.
Y el mahayana para la siguiente entrada.