Revista Expatriados
Cuando se estudia la evolución del pensamiento mahayana en la India en el primer milenio de nuestra era, se recurre a una clasificación de escuelas que en buena medida se remonta al trabajo de los eruditos tibetanos de los siglos XII en adelante. El pensamiento de los filósofos mahayana es lo suficientemente enrevesado como para que debamos estarles más que agradecidos a los tibetanos que se tomaron la molestia de clasificarlos para nosotros. Lo malo es que probablemente haya bastante de inventado en el esquema creado por los tibetanos. Pensemos que estaban escribiendo varios siglos después y desde sus preocupaciones metafísicas del momento.
Las principales observaciones que cabría hacer al esquema de las escuelas del mahayana según la presentan los tibetanos son las siguientes: 1) Tal vez la división tan nítida que presentan entre las distintas escuelas no lo fuese tanto en su día; 2) Puede que la escisión de los madhyamikas en svatantrikas y prasanghikas sea una invención de los tibetanos; 3) La historiografía tibetana otorga un papel muy relevante a Candrakirti, quien habría rescatado el verdadero pensamiento de Nagarjuna, frente a los errores de los madhyamika svatantrikas. Hay estudiosos modernos que piensan que Candrakirti no fue para tanto y que no fue tan importante en su tiempo como pretenden los tibetanos.Y con estas observaciones, veamos cuál es el panorama del mahayana en la India según se suele presentar:
La primera gran escuela del mahayana indio sería la madhyamaka, fundada por Nagarjuna y su discípulo Aryadeva en el siglo II n.e. Nagarjuna llevó a sus últimas consecuencias las disquisiciones sobre el vacio de los pensadores anteriores: todo carece de existencia intrínseca y los objetos que percibimos no son más que construcciones mentales. Nagarjuna perfeccionó además el método para acojonar a los pensadores que no estuvieran con él: la reducción al absurdo. Llevaba sus tesis al extremo, para probar que no se sostenían. Era un terrorista intelectual. Nagarjuna presentó su filosofía como el mensaje último del budismo.
Según los tibetanos, sería en el siglo IV cuando el madhyamaka se escindió en prasanghikas y svatantrikas. Buddhapalita estableció la base de la subescuela madhyamaka-prasanghika cuando dijo que la esencia del pensamiento madhyamaka sólo podía explicarse mediante la reducción al absurdo. Bhavaviveka, que vivió entre 50 y 100 años después, es considerado el fundador de los madhyamika-svatantrika. Las diferencias esenciales serían dos, una metodológica y otra filosófica. La metodológica consistía en que a Bhavaviveka no le parecía suficiente el uso de la reducción al absurdo y creía que era necesario presentar la doctrina madhyamaka y refutar a las escuelas rivales mediante otras formas de silogismo. La filosófica estribaba en que los svatantrikas estaban dispuestos a reconocer una cierta existencia intrínseca a las cosas a nivel de la verdad convencional, aunque no de la verdad última. Los prasanghikas eran mucho más radicales: no hay existencia intrínseca en ninguno de los dos niveles. Como dije antes, es posible que esta escisión y estas disputas sean más una fabricación de los pensadores tibetanos posteriores que una realidad.
Para los tibetanos sería Candrakirti, un filósofo del siglo VII, quien pondría al descubierto los errores de Bhavaviveka y llevaría el madhyamaka a su culminación. Candrakirti afirmaría que los métodos de razonamiento de Bhavaviveka le fuerzan a aceptar, aunque sea provisionalmente la existencia intrínseca de las cosas, lo que es inaceptable desde el punto de vista del madhyamaka. Para un buen madhyamika la única forma de razonamiento válida es la reducción al absurdo y fin de la historia. Así es como nos cuentan la historia los tibetanos, pero parece que entre los madhyamikas indios tuvo más influencia Bhavaviveka que Candrakirti.
La otra gran escuela del mahayana indio fue la yogacara (“práctica del yoga”), vijñanavada (“doctrina de la conciencia”) o cittamatra (“sólo mente”). Tradicionalmente se dice que esta escuela fue creada por Asanga y Vasubandhu en el siglo IV. No obstante, tenemos el “Samdhinirmocana Sutra” que puede ser al menos un siglo anterior y que ya recoge conceptos que caracterizarían luego a la escuela yogacara. Paul Williams señala que tanto el “Samdhinirmocana Sutra” como la escuela yogacara pudieron haber surgido como una reacción a lo que algunos vieron como el nihilismo extremo del madhyamaka.
El “Samdhinirmocana Sutra” utiliza el viejo truco de que Buda formuló distintas enseñanzas en función de la preparación de sus discípulos y le añade una vuelta de tuerca: hay enseñanzas de Buda que hay que tomar literalmente y otras, en cambio, que hay que interpretar. Tomemos los “Prajñaparamita sutras” y sus doctrinas sobre la vacuidad que los madhyamikas habían utilizado con profusión y que habían visto como la culminación del pensamiento budista. Pues bien, esa no fue la enseñanza definitiva de Buda y encima los madhyamikas los interpretaron mal. La enseñanza fetén es la contenida en el propio “Samdhinirmocana Sutra”.¿Es que alguien lo había dudado?
Los distintos apelativos dados a la escuela apuntan a que debió de estar muy centrada en las prácticas meditativas y el estudio de la mente. Los yogacara abordaron la cuestión de la vacuidad de una manera muy distinta a la de los madhyamika. Su análisis se basó en cómo percibe la mente la realidad. La realidad última es aquélla en la que no hay más distinción entre sujeto y objeto. El gran error de los seres humanos es tomar el flujo siempre cambiante de la conciencia por un yo realmente existente.
La impresión que deja este esquema de cosas es que en la segunda mitad del primer milenio el budismo indio estaba básicamente dominado por las escuelas madhyamaka y yogacara. Los testimonios de los peregrinos chinos Xuanzang y Yijing que visitaron la India en el siglo VII dan una impresión muy distinta. Yijing escribió: “Existen en el Oeste numerosas subdivisiones de las escuelas que tienen distintos orígenes, pero sólo hay cuatro escuelas principales con una tradición ininterrumpida. Estas escuelas son la mahasamghika, la sthavira, la mulasarvastivada y la sammitiya.(…) No está determinado cuáles de las cuatro escuelas deberían incardinarse en el mahayana o en el hinayana.”
La impresión que dan los peregrinos chinos es que el budismo indio de la segunda mitad del primer milenio era más multiforme y que la adscripción de una escuela determinada al mahayana o al hinayana era menos nítida de lo que los tibetanos y los estudiosos occidentales del siglo XX querrían hacernos creer.