Revista Espiritualidad

Las distintas escuelas del budismo (5). China

Por Tiburciosamsa


El budismo llegó a China por la vía del Asia Central. Lo que no está tan claro es la fecha en que eso ocurrió. Lo más probable es que ocurriera en la segunda mitad del siglo I d.C. En esos momentos en el oeste de la India florecía el imperio kushana, cuyos emperadores fueron grandes propagadores del budismo, mientras que el imperio han en China se expandía hacia el Asia Central.
El budismo debió de introducirse en China por medio de los comerciantes extranjeros y durante varias décadas debió de ser visto como una religión de extranjeros. Las primeras tradiciones de textos budistas al chino se produjeron en la segunda mitad del siglo II. Los primeros textos en ser traducidos pertenecían al mahayana y versaban sobre la meditación, la senda del bodhisattva y las doctrinas básicas. No sabemos para quiénes se tradujeron, pero lo más probable es que fuesen para las élites. 
Los inicios del budismo en China tuvieron que ser complicados. Se trataba de una religión de extranjeros y para muchos chinos, extranjero = bárbaro = nada bueno. Había que traducir los sutras del sánskrito al chino, dos idiomas bastante diferentes. Y no bastaba con traducir, sino que había que, o bien crear una nueva terminología filosófica en chino, o bien utilizar términos que ya existieron en chino. En general se tendió a lo segundo, recurriendo en buena medida al taoísmo. El precio que hubo que pagar fue una cierta desvirtuación del mensaje budista. A cambio éste se volvió más accesible a los chinos. Otra cuestión fue que los sutras fueron llegando a China sin ninguna sistematización y los chinos tuvieron que determinar por sí mismos, cuáles eran los importantes y cuáles los subsidiarios.
La gran oportunidad para el budismo llegó en el siglo III con los disturbios que siguieron a la caída de la dinastía han. El budismo ofrecía un buen refugio a aquéllos que quisieran retirarse del mundo. En su propagación inicial le ayudó sin duda la cercanía de algunos de sus valores a los del taoísmo. Viendo las historias de las escuelas chinas que aparecieron, uno tiene la sensación de que el budismo se dividió en dos ramas: una rama filosófica, que seguía más o menos estrechamente las elucubraciones de las escuelas indias, y una rama práctica, que insistía más en la soteriología y la meditación y que se sinizó más. A la larga fue la segunda rama la que perduró. 
Una peculiaridad de muchas de estas escuelas es que se formaron en torno al estudio de un sutra concreto. Dada la riqueza y diversidad de la literatura budista, que además no les llegó de una manera sistemática o en el orden cronológico de su creación, resulta lógico que los chinos optasen por centrarse sólo en unos pocos de los sutras.
Entre las escuelas de índole más filosófica y que seguían modelos indios, las principales fueron:
+ La Escuela de los Tres Tratados (“San-lun tsung”). Fue la traslación a China del Madhyamaka indio. Su nombre le viene de los tres tratados, traducidos por Kumarajiva en el siglo IV, que servían de base a sus enseñanzas. Esos tratados son: “Chung lun”, que es una traducción del “Madhyamakakarika” de Nagarjuna con un comentario de autor desconocido; el “Shih-erh-men lun”, una serie de versos de Nagarjuna con un comentario de autor desconocido; el “Pai lun”, una traducción de Aryadeva con comentarios de un autor del que sólo se conoce el nombre.
Los principales pensadores de esta escuela fueron Seng-chao y Chi-tsang. Chi-tsang defendía que había que refutar las opiniones equivocadas no para establecer la opinión propia, sino para abandonar todo apego a las cosas, las palabra y los conceptos. Chi-tsang también defendía una enseñanza en tres etapas para llevar al estudiante a la no-dualidad. En la primera etapa las nociones sobre la existencia intrínseca son combatidas mediante la vacuidad. En la segunda etapa se va más allá de la existencia-vacuidad, llegándose a la no-dualidad. La tercera etapa es la de ni dualidad- ni no-dualidad. Se han refutado todos los conceptos y la mente puede brillar en el estado de sabiduría perfecta.
La escuela declinó a partir de la segunda mitad del siglo VII y para el siglo IX había dejado de existir.
+ She-lun: Fue creada en el siglo VI por el misionero indio Paramartha a partir de las enseñanzas del yogacarin Asanga. Esta escuela acabó fusionándose con la escuela Fa-hsien, que también defendía las posturas de la escuela yogacara. Con respecto al yogacara indio, esta escuela defendía la siguiente innovación: cuando cesa el flujo de conciencia porque las semillas kármicas han quedado extinguidas, pervive una conciencia inmaculada, que es la realidad última.
+ Fa-hsiang: La creó el peregrino Hsuan-tsang en el siglo VII a su regreso de la India, siguiendo las enseñanzas del yogacarin Dharmapala. Esta escuela niega la existencia de una conciencia inmaculada diferenciada. Cuando se limpia el flujo de conciencia de sus impurezas kármicas, lo que queda es su versión purificada, no una conciencia diferente. Sí, con este género de discusiones chorras se distraían los yogacaras chinos. 
+ Chu-she tsung: Esta escuela se centró en el estudio del “Abhidharmakosa” de Vasubandhu. 
+ Lu-tsung: Esta escuela se centró en el estudio del Vinaya, las normas monacales. Hay gente que, cuando se aburre, estudia cualquier cosa.
Más interesantes e influyentes fueron las escuelas que no se limitaron a replicar a las que existían en la India, sino que adaptaron el budismo a la cultura china. Éstas fueron: 
+ T’ien T’ai: En el siglo VI existió un maestro llamado Chi-hi que se había hecho un lío con tantos sutras como existían y tiró por la vía de en medio. Decidió que Buda había venido al mundo para enseñar el Sutra del Loto. Ésa era la última y más sublime de sus enseñanzas. Esto creaba un pequeño problema: ¿y qué hacemos con el Mahaparinirvana Sutra, que relata los últimos días de Buda y era tenido como el último de los sutras en orden cronológico (aquí me estoy refiriendo al Mahaparinirvana Sutra del mahayana, que es distinto del Mahaparinibbana Sutta del theravada)? Chi-hi, que tenía respuesta para todo, dijo que el Mahaparinirvana Sutra Buda lo predicó para los discípulos más brutotes. A los más espabilados les transmitió al final el Sutra del Loto. 
Para la escuela T’ien T’ai Buda es transcendental y eterno. Todas las cosas se interpenetran y comparten Una Mente, cuyo estado impuro produce el mundo fenoménico. Para el que sabe ver, hasta las briznas de hierba y los granos de arena contienen la Budidad.
La escuela T’ien T’ai no supo escoger bien sus amistades. Muy identificada con la dinastía Sui, declinó con los T’ang y acabó desapareciendo con ocasión de las persecuciones antibudistas del siglo IX.
+ Hua-yen o la escuela de la guirlanda de flores: Aunque la escuela tuvo sus antecedentes en el siglo VI, su sistematizador fue Fa-tsang a finales del siglo VII. Mientras que para la escuela T’ien T’ai la enseñanza fetén era la del Sutra del Loto, para los Hua-yen era el Avatamsaka Sutra.
Lo más destacado de esta escuela eran su punto de vista sobre la ontología y sobre el mundo de los fenómenos. Partían de la distinción, muy china, entre “li”, principio, y “shih”, fenómeno. El “li” es la esencia pura, luminosa y completa, carente de forma. El “shih” son los fenómenos, la manera en la que el “li” se desarrolla en el mundo fenoménico. La implicación de esto es que cada fenómeno es todos los fenómenos, porque cada fenómeno es parte del “li”, uno e indivisible. 
Desde un punto de vista doctrinal hubo cercanía entre la escuela Hua-yen y el Ch’an, toda vez que sus doctrinas apoyaban las ideas sobre la iluminación súbita que el Ch’an llegó a defender. La escuela conoció su momento de gloria a finales del siglo VII, cuando la Emperatriz Wu Zetian se enamoró de sus doctrinas. Eso le costó caro cuando la Emperatriz murió. La escuela desapareció en el siglo IX, pero sus doctrinas perduraron en el Ch’an y en la Tierra Pura.
+ La escuela de la Tierra Pura: Esta escuela, con sus aspectos devocionales y su confianza en el poder salvífico del Buda Amitabha, casi parece más una variedad del protestantismo, más que una escuela budista. Esto muestra la variedad del budismo como filosofía, que hace que casi hasta pudiera aceptar pulpo como animal de compañía. Los sutras que influyeron sobre su formación fueron el “Pratyutpanna Sutra” y los “Sukhavativyuha Sutras”.
+ El Ch’an: que merece capítulo aparte.
A mediados del siglo IX el Emperador Wu-tsung lanzó una gran persecución antibudista, de la que el budismo chino nunca llegó a recuperarse del todo. De las escuelas budistas sólo lograron sobrevivir aquellas que se habían popularizado y sinizado más: el Ch’an y la Tierra Pura. En los siglos siguientes, fueron las dos únicas escuelas que mantuvieron algo de vitalidad. Durante la dinastía Ming se dio un fenómeno de sincretismo entre ambas. Los monjes Ch’an podían utilizar el recitado del nombre de Amitabha como parte de su meditación, mientras que los adeptos a la Tierra Pura podían entregarse a prácticas meditativas de tipo ch’an.


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