Revista Cultura y Ocio

Las doce balas de Samuel Hawley. Hannah Tinti

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Las doce balas de Samuel Hawley. Hannah Tinti
     "Cuando Loo tenía doce años, su padre le enseñó a disparar un arma de fuego. El hombre guardaba en su cuarto un cajón lleno de ellas, y otras cuantas en cajas escondidas por toda la casa".
     Supongo que fue la fotografía de la cubierta lo que me atrajo esta vez. Tenía curiosidad por esa niña pistola en mano situada bajo un título con nombre de hombre. Hoy traigo a mi estantería virtual, Las doce balas de Samuel Hawley.
     Conocemos a  Loo el día que cumple doce años. Ese mismo día su padre le pone en las manos un arma de fuego perteneciente a su abuelo y la lleva a disparar: ella falla. Normal.
Conocemos a Samuel, padre de Loo, que se muestra esquivo con su pasado, incluida la pérdida de su esposa. Lleva años viajando con su hija, que ha pasado por varios colegios y ya no hace ni amigos en ellos. Pero ahora aterrizarán con la intención de quedarse en el pueblo natal de su mujer. Samuel no habla de sí mismo, pero en su cuerpo lleva doce cicatrices que son resultado de doce bajas de su pasado.
     Uno lee la novela con la imagen de las 12 aventuras o gestas de Samuel y pensando si no se tratará un tributo a los doce trabajos de Hércules. A fin de cuentas ha sobrevivido para seguir adelante con su  hija. Además el nombre de la ciudad natal de la madre de Loo es Olympus, así que en realidad uno no se lo pregunta sino que tiene bastante claro que estamos ante un homenaje por parte de la autora a este héroe de sobra conocido por todos. Así que Samuel es en realidad este héroe que viaja con su hija hasta encontrar dónde asentarse. Un hombre callado y rudo que la protege, que vive en permanente estado de alerta, como si siempre esperase algo malo en su vida. Pero es también quien se encarga de montar una suerte de altar a su mujer en cada uno de los lugares en los que viven, en el baño, cerca de la bañera, para que ambos la tengan cerca en ese momento de relajada soledad. Samuel es todas esas cosas a la vez que es un padre protector que se encarga de decirle a su hija que todo lo bueno que tiene, es heredado de su madre, como si de ese modo la convirtiera en un bálsamo para la vida de ambos. Aunque no sabemos qué sucedió.
     Loo es la hija. Esa niña que vive llena de lagunas que comienzan a convertirse en preguntas en un momento en el que la edad le hace dejar la infancia a empujones. Una niña crecida que intentará en esta nueva ciudad comprender qué pasa a su alrededor, que vive sin amigos o lazos familiares más allá de su padre y a la que ni siquiera su abuela saluda. Loo ansía una vida normal, pero también respuestas. Le cogemos cariño, la comprendemos. Vemos cómo ha crecido de una forma más o menos salvaje. Tanto como su propio "peinado".
     Las doce balas de Samuel Hawley es la historia de estos dos personajes, un padre y una hija. Y tinto la escribe alternando un capítulo en pasado y otro en presente. Los capítulos del presente los vamos viendo, avanzan. Los del pasado en cambio son casi cuentos propios. Tinti nos irá relatando cada una de las balas de Samuel, descubriendo así el pasado violento del padre de Loo. Los robos, la sangre, la violencia que hay detrás de ese hombre que acompaña a su hija. Y cada capítulo, cada bala, es capaz de llegar al lector de una forma diferente, sin que se antoje una fórmula repetida en el propio libro. Es curioso además como la autora consigue difuminar la línea que separa al criminal del padre, a la vez que vemos como Loo crece en interrogantes. El secreto sobre la suerte de la madre de Loo llega a pesar al lector que lee un pasado entre estaciones de servicio y robos buscando la pista de la Lily. Y llega al final esperando que Loo no se convierta en Samuel, que consiga encontrar una vía intermedia propia para descubrir que todo el mundo encuentra su lugar. Aunque no siempre nos guste. El de Loo... no lo voy a revelar, para eso esta Tinti.
     Las doce balas de Samuel Hawley me ha gustado. Es un libro que tiene mucho de road novel, de esas con personajes extremos en situaciones solitarias que provocan sentimientos viscerales. Y a mi siempre me han gustado ese tipo de novelas.
     Y vosotros, ¿alguna vez habéis comprado un libro solo por su portada? Porque eso también es juzgar...
     Gracias.

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