En doce puntos, intentamos resumir la situación real de las familias de desaparecidos, desde el día a día que aprendemos a sobrevivir, hasta la intromisión de videntes, iluminados y aprovechados, y por último los compromisos necesarios adquiridos por una sociedad libre, en la cual debemos entender que prevalecen los derechos de Verdad y Justicia:
1º.- Las familias de “desaparecidos” vemos como nuestra vida normal y cotidiana queda rota bruscamente, ante una situación irracional, cruel, brutal, como es que un familiar este desaparecido, desde ese momento aprendemos otra forma de vivir, es la de “sobrevivir”.
Sobrevivir al silencio, a la incertidumbre, a las dudas, a las sospechas, a la injusticia, a la mentira, a la decepción, Y nos preguntamos… ¿Cómo puede desaparecer un hijo, un hermano, padre o madre?....¿donde están nuestros desaparecidos?.....¿que lugar ocupan?. Nuestras noches se convierten en miles de preguntas sin respuesta.
2º.- Con el transcurrir de los meses observamos a nuestro alrededor como la vida sigue, el mundo gira, pero para nosotros el reloj de la vida se ha detenido en un fatídico segundo. Solo podemos entonces seguir una dirección, la lucha por nuestro desaparecido, para que no quede en el olvido, para mantener su memoria, su imagen, la esperanza. Una lucha que se convierte en el estandarte de nuestra existencia, en el motor de nuestra vida, que nuestro desaparecido no pase al olvido, a la indiferencia.
3º.- Aprendemos el valor de la solidaridad, de la gratuidad y generosidad, de muchísimas personas que nos brindan su mano para levantarnos, su hombro para llorar, y su apoyo para seguir luchando. Hacen de nuestros desaparecidos una parte de su vida, en sus corazones les abren un lugar, y ellos se convierten en bálsamo de nuestro dolor.
4º.- Las familias, vemos como día a día somos arrinconados, por un sistema que de forma impersonal nos deja arrinconados, cerrándonos las puertas en las propias narices, huyendo de nosotros como si fuéramos apestados en la edad media, a la espera de que el tiempo termine por agotarnos y rendirnos.
5º.- Vemos como las promesas son incumplidas, como los protocolos desde las propias Instituciones quedan en simple palabrería, y despertamos a otro mundo, es el mundo donde las cifras de desaparecidos, de cadáveres sin identificar, del tiempo en identificación por ADN de un cadáver, son espeluznantes, horribles despertar a esta cruda realidad.
Ante ello preguntamos, y exigimos respuestas, y gritamos, pero siempre la respuesta es el “silencio”, y nadie nos da las cifras creíbles, y nadie oficialmente nos cuenta la verdad, y nos preguntamos “ese cadáver que lleva más de un año sin identificar”..¿Porque?....¿que está fallando?....¿porque no existe una sola lista de desaparecidos?....¿porque no existe una sola lista de cadáveres sin identificar?....Nadie nos quiere contestar a tantas preguntas que formulamos y nos atormentan.
Reclamamos la necesidad urgente de un protocolo consensuado y conjunto de todos los cuerpos de seguridad para actuar a la hora de una desaparición inquietante pues se pierde un tiempo precioso y preciso a la hora de actuar ante la denuncia de una desaparición de carácter urgente.
Somos a diario testigos directos de que es necesaria una mejor y eficaz manera de difundir las desapariciones en medios de comunicación, de forma ágil, coordinada, consensuada, con el fin de proyectar la difusión a la mayor capacidad de comunicación posible.
Sabemos que a la hora de esta difusión, y buscando la mayor audiencia que se presta por parte del ciudadano a los avisos, observamos que en muchos casos la información es escasa incluso a veces sin la foto de la persona desaparecida, con lo cual es complicadísimo que las ciudadanía pueda prestar ayuda.
Se hace necesaria la voluntad política y compromisos formales y con carácter urgente a fin establecer formas que amparen a las familias, en las que la persona desaparecida es el sustento económico o parte principal de los miembros, ya que una vez en paradero desconocido se congela el cobro de salarios-prestaciones o Jubilaciones de la persona desaparecida por lo que queda en total desamparo el resto de la unidad familiar que ven como no solo están con la angustia no conocer del paradero de su ser querido si no que la economía de la que dependía su supervivencia queda bloqueada, asistiendo a otro drama añadido.
6º.- Las familias, ante la desesperación buscamos respuestas, buscamos sencillamente saber la verdad, vivir en paz, y para ello, nos aferramos ante cualquier pista nueva, intuición, chismorreo, e incluso habladuría. Pasamos de ser incrédulos a mostrar credibilidad en décimas de segundos, porque lo principal es disponer de segundos, minutos, horas o días donde la esperanza nos permita una mínima calidad de vida, nos permita afrontar un nuevo amanecer, nos deje sentir de nuevo latir nuestro corazón.
7º.- Esta necesidad vital de la búsqueda incansable de nuestros desaparecidos, da lugar a que entren en nuestras vidas, hurgando en cada herida, a un tipo anormal de personas que presumen de extraños poderes, iluminados, videntes, con decenas de dones y poderes extrasensoriales, y que con toda impunidad y carencia de escrúpulos se permiten contarnos como han fallecido nuestros seres, o como han sufrido al morir, o marcarnos decenas de lugares donde están, en muchos casos fallecidos, nos piden prendas de ropa para contactar con nuestros seres, nos piden datos de las investigaciones, etc...
Son decenas de individuos que entran en nuestra vida, cada uno con historias distintas, visiones dispares, métodos de lo más inverosímil a veces, unos buscando dinero, otros buscando protagonismo, otros cubrir deficiencias psicológicas, otros buscando vender artículos en la prensa y tener su minuto de gloria.
Sufrimos el acoso de quienes etiquetándose de “buenos samaritanos” nos crean un dolor terrible, ante la irracionalidad de absurdas teorías y que fácilmente se desmoronan por si solas, pues carecen de sentido y coherencia, y solo son producto de mentes delirantes o con fines mercantiles.
8º.- Debemos constatar también, y es de justicia, indicar, que existen personas de buena fe, que de forma totalmente sencilla, humilde, anónima y gratuita, nos bridan sus conocimientos, siempre desde el único objetivo de intentar paliar nuestro dolor, siempre con una total seriedad y delicadeza. Sería injusto por nuestra parte mezclar estas nobles personas que solo quieren hacer el bien, con quienes quieren obtener un provecho del sufrimiento de las familias.
9º.- Cuando defendemos nuestra intimidad, nuestro derecho a que las heridas no sean hurgadas, a que la memoria no sea ultrajada, y advertimos que ese proceder es totalmente improcedente, antinatural, absurdo e interesado, entonces nos convertimos en presa fácil de estos individuos, nos convertimos en objetivo de sus insultos, de mensajes anónimos descalificativos, de desprestigiar nuestra lucha por encontrar a nuestro ser desaparecido. En esta vorágine de irracionalidad, se llega hasta el punto de utilizar el sistema legislativo en amenazar con denuncias totalmente fuera de lugar.
10º.- Cualquier individuo, que en nombre de falsos dones, creencias, espiritualidades y demás, pretenda sacar provecho del dolor de las familias, con falsas esperanzas y técnicas maliciosas para aprovecharse de vulnerabilidad emocional de padres, hermanos, e hijos de desaparecidos, será denunciado públicamente y sus actuaciones puestas en conocimiento de las Autoridades, con el fin de proteger la integridad de las familias.
11º.- Sabemos, que la única forma de avanzar y progresar en la lucha por nuestros desaparecidos, es la unidad de las familias, es hacer una causa común, es unir el grito de cientos y miles de gargantas exigiendo “verdad y justicia”, entendiendo que solo desde la unidad conseguiremos que nos escuchen y que nuestra lucha no sea estéril.
12º.- Con este espíritu de lucha y unidad, nace la “Asociación para la difusión de personas desaparecidas Sosdesaparecidos”, sin ánimo de lucro, de ámbito regional y capacidad plena de obrar, de acuerdo con lo establecido en el artículo 22 de la Constitución.
La Asociación Sosdesaparecidos, es reflejo del espíritu solidario de familias y colaboradores, en un espacio donde la ideología política, la religiosidad, y tantas cosas más quedan de lado ante la necesidad humana y real para defender la verdad, la justicia y la libertad, porque estás tres palabras no son esclavas ni de la política ni de la religión ni de nadie, estas palabras son y pertenecen al pueblo, pertenecen a quienes las sentimos propias y como una herencia recibida y que debemos atender para nuestras generaciones próximas, no aceptamos quienes presumen de esas palabras para marcar etiquetas propias, basta de palabras corteses, queremos hechos que nos hagan definir quienes creen realmente en estas palabras de “verdad, justicia y libertad”.
Articulo de Joaquin Amills Bonet.
-Padre de Joaquin Fernández, desaparecido el 11/09/2008-Presidente Asociación Difusión Personas Desaparecidas Sosdesaparecidos.