Revista Ciencia

Las huellas de los dinosaurios

Por El Ojo De Darwin
Las huellas de los dinosaurios

Rastro de huellas de un terópodo de gran tamaño (Eubrontes) en EEUU. Crédito Wikipedia.

Los restos fósiles de los dinosaurios son maravillosos. Pocas cosas son más impresionantes que un esqueleto de Brachiosaurus montado o más enigmáticas que unos brazos deTherizinosaurus. No obstante, los huesos no son el único legado que nos han dejado los dinosaurios. Los fósiles traza es como se le llama a los otros “restos” de dinosaurios que han llegado hasta nuestros días. Estos fósiles traza incluyen heces, gastrolitos (piedras estomacales) y huellas fosilizadas. El estudio de las huellas fosilizadas se denomina Paleoicnología o Icnología a secas, y es sin duda algo tan interesante como el estudio de los huesos (o más, puesto que al contrario que los huesos, las huellas te dan una idea de movimiento, como si el dinosaurio hubiera estado ahí hace cinco minutos). Gracias a las huellas de los dinosaurios podemos estudiar aspectos como su locomoción y su comportamiento, pero en este post lo que vamos a analizar es la fosilización de las huellas.
La preservación de las huellas es siempre un proceso inusual, como la de los huesos. Una vez que un dinosaurio que camina deja una huella en un sedimento lo suficientemente blando, es muy posible que dicha huella sea destruida (como sucede con las huellas que dejamos por la playa), pero también existe la posibilidad de que se preserve. Para ello es necesario que una vez dejada la huella, sea cubierta lo más rápidamente posible por una capa de sedimentos que la deje enterrada y la proteja de la erosión, puesto que tiene que aguantar de 65 millones de años en adelante para llegar hasta nosotros. Dicha huella enterrada podría sobrevivir hasta la actualidad y salir a la superficie a causa de algún proceso geológico, quedando a la vista lista para ser descubierta y estudiada.

Pero este proceso ideal, que también puede ser válido para la fosilización de los huesos, no es el único posible. Para empezar, cuando se deja una huella en un sedimento blando no sólo se hunde la capa que se encuentra inmediatamente en la superficie, sino que también se moverá la tierra unos centímetros más abajo de la superficie, dejando las llamadas subimpresiones. Al contrario que las huellas “verdaderas” de la superficie, las subimpresiones se encuentran enterradas desde que se deja la huella, por lo que tienen muchas más posibilidades de perdurar hasta hoy. Sin embargo, desde el punto de vista del investigador, resulta mucho más importante una huella que una subimpresión, ya que esta última suele omitir ciertos caracteres de la huella original, dando menos información acerca del dinosaurio que la produjo o confundiendo a los paleontólogos.

Distinguir las huellas originales de las subimpresiones es uno de los principales retos a los que se tiene que enfrentar el paleontólogo a la hora de describir una huella, ya que se trata de algo realmente difícil. En algunos casos se observa claramente una impresión de piel en la huella o esta está tan nítidamente delimitada que hasta un paleontólogo amateur podría comprobar que se trata de una huella original, pero en la mayoría de los casos la distinción es muy muy sutil.

Las huellas de los dinosaurios

Cuando un dinosaurio deja una huella, es muy probable que deje también subimpresiones (especialmente si es muy pesado o si el sustrato es muy blando).

Pero las huellas no sólo se pueden preservar como impresiones, sino también como moldes. Un dinosaurio que al pisar comprimiese la tierra que hay bajo su pie podría darle una consistencia superior a la de su entorno, permitiendo que esa columna de tierra soportase mejor la erosión y acabase quedando elevada sobre el resto de la superficie, formando así un molde. Un caso de molde muy curioso es cuando estos se encuentran en los techos de las minas, proyectados hacia abajo (al cavar un túnel bajo el estrato en el que se encuentra una huella, esta puede quedar en el techo de la galería).

Estos son tan sólo algunos de los posibles procesos de fosilización de las huellas, ya que el abanico de posibilidades para que estas se preserven es tan diverso que para contarlo detalladamente debería ser un tafónomo. El estudio de las huellas de dinosaurios es algo sumamente interesante, y sobre lo que probablemente profundizaremos en las próximas semanas.


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LOS COMENTARIOS (1)

Por   Orlando Tunnermann
publicado el 05 diciembre a las 07:51
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Muy interesante el artículo, muy bien explicado. Siempre me pareció alucinante, cómo esas huellas han quedado de testigos de una era gastada hace millones de años. Es como un milagro, que permanezcan ahí, indelebles, después de tantos procesos geológicos, cambios del terreno, erosiones, corrimientos de tierras, etc. He visitado algunas áreas guiadas donde se pueden observar huellas de dinosaurios, algunas en un estado de conservación increíble