
Eran 4 pero cuando se hicieron famosas una de ellas estaba preñada. Aquel éxito fue Aserejé (The Ketchup's song). Luego fueron a Eurovisión con España, hicieron el ridículo (Para variar) y desaparecieron.
En 2002 triunfaron a lo grande con aquel single al resto del disco (Hijas del tomate) nadie le hizo ni puto caso. Si acaso un poco Kusha las payas.
El single de los cojones sonó a todas horas y en todas partes del mundo. No había rincón del mundo para esconderse de aquel horror.
Tras el fracaso del 2005 de las pseudo-Ketchup Son de Sol, los responsables de TVE debían elegir entre Chenoa y Civera, así que esta vez optaron por algo mas arriesgado e innovador lo mismo. Y para colmo con una canción (Dutty free) con perversas combinaciones de letra en español y en inglés cuyo compositor (Queco) seguramente escribió en algún aeropuerto bajo sustancias psicotrópicas.
Había que encomendarse a la puesta en escena. Pero al coreógrafo no se le ocurrió otra cosa que poner cuatro sillas de oficina de donde se levantaban y se sentaba, se giraban y volvían a girar, y bastante tuvimos con que ninguna de las de ellas terminara vomitando de tanto dar vueltas.
También habían por ahí dos bailarines desorientados.
Sacaron otro disco, Un Blodymary, que había registrado buenas ventas en los días previos a la celebración del Festival, se estancó y no obtuvo, ni de lejos, las cifras del anterior.
Tan sólo se distribuyeron unas 20.000 copias en España, de las que no se sabe cuantas de ellas han vendido.
Desaparecieron tras esa hecatombe y no aparecieron hasta que en 2016 su participación en el intermedio del Melodifestivalen sueco en estricto playback y volvieron a desaparecer del mapa.