Él la llama Caperucita Roja cuando la ve bajar por la cuesta con una cesta en el manillar de la bicicleta. Caperucita Roja, porque el vino y la comida que lleva en la cesta son para el abuelo que simula encontrarse solo. Caperucita Roja, porque el camino que sale del bosque es oscuro y pedregoso. Caperucita Roja, porque hace tiempo que está en manos del lobo... Beate Teresa Hanika relata con tacto y sensibilidad la historia de una chica que atraviesa una situación muy difícil. Pero también es la historia de una amistad tan grande como el ancho cielo y de un primer amor tan tierno y delicado como los copos de nieve.
14.00 € 178 págs. abril de 2011