El año pasado uno de los bombazos editoriales fue la publicación de las memorias de Zhao Ziyang. La parte que suscitó más interés de las memorias fue la relativa a los sucesos de Tiananmen. En el relato de Zhao Ziyang el villano principal de la historia fue el entonces Primer Ministro Li Peng, quien le habría hecho la cama y habría manipulado a Deng Xiaoping para que se cerrase en banda y acabase ordenando la matanza.
Según cuenta en sus memorias Zhao Ziyang, Li Peng presidió la reunión del Comité Permanente que se convocó cuando (o más bien aprovechando que) Zhao Ziyang se encontraba de visita oficial en Corea del Norte. En dicha reunión se presentó la situación como más grave de lo que era. El 25 de abril Li Peng y el Presidente Yang Shangkun (el otro gran villano en el libro de Zhao Ziyang) fueron a informar a Deng Xiaoping de lo tratado en la reunión del Comité Permanente. Deng estuvo de acuerdo con ellos en que las manifestaciones estudiantiles eran “disturbios contra el partido y contra el socialismo”. Li Peng todavía atizó más leña al fuego, cuando difundió las observaciones de Deng sobre el carácter de las manifestaciones. Su acción estuvo detrás del editorial del “People’s Daily” del 26 de abril que calificó las manifestaciones de “disturbios premeditados y organizados con una motivación antipartidista y antisocialista.” Ese editorial encorajinó a los estudiantes y dificultó la consecución de la solución negociada. Zhao Ziyang está convencido de que Li Peng usó premeditadamente su ausencia para imponer la línea dura y ganarse a Deng Xiaoping.
Zhao Ziyang también acusa a Li Peng de haber boicoteado las medidas que trató de tomar tras su regreso de Corea del Norte para desactivar la tensión. Li Peng habría llegado a decirle: “¿No seguirás usando medidas suaves para tratar con las manifestaciones estudiantiles? ¿verdad? Después de todo el tiempo que ha pasado, ¿no se han revelado ya inútiles?”
Más adelante, relatando cómo se llegó a la decisión de imponer la ley marcial, Zhao Ziyang dice:
“Más tarde, el 17 de mayo, en la reunión en casa de Deng en la que se tomó la decisión de imponer la ley marcial, Deng pidió a Li Peng: “No vuelvas a hacer lo que hiciste antes. No reveles que fui yo quien tomó la decisión de imponer la ley marcial.” Li Peng dijo varias veces: “No lo haré. No lo haré.”
Era evidente que algunos estaban intentando utilizar las declaraciones extremadas de unos pocos estudiantes para agravar la situación y empujar al gobierno a la confrontación directa [no hace falta ser muy sagaz para darse cuenta de que, entre otros, se está refiriendo a Li Peng]. (…) Deng tendía a pensar de determinada manera, que fue conformada durante los años en los que la lucha de clases era el objetivo prioritario [pienso que aquí quiere decir que a Deng le traumatizó lo vivido durante la Revolución Cultural, de manera que no había más que agitarle un poco la imagen de disturbios y estudiantes saliéndose de madre para que reaccionase como un toro ante una muleta roja], así que tan pronto hubo escuchado el informe de Li Peng, reaccionó consecuentemente. Me temo que ésa es una de las principales razones de su decisión.”
Li Peng, que tiene 81 años y está mal de salud, quiso este año dar a conocer su versión de los hechos. La diferencia es que esta vez el Partido Comunista Chino no se dejó sorprender.
Al parecer Li Peng en 2003 ya había solicitado permiso al partido Comunista Chino y al año siguiente se le habría denegado. Poco después de la publicación de las memorias de Zhao Ziyang, alguien contactó a Bao Pu, su editor, y le proporcionó el manuscrito de Li Peng. Durante varios meses Bao Pu analizó la posible autenticidad del texto y llegó a la conclusión de que probablemente era verdadero: “… yo creo que es auténtico, teniendo en cuenta los detalles y cómo concuerda con otros archivos conocidos.” Cuidado, porque algo así se dijo de “Los papeles de Tiananmen”, que yo pienso que son falsos.
Bao Pu, que está basado en Hong Kong, ya tenía impresa una edición de 20.000 libros en mandarín, cuando le pasó eso que hemos visto tantas veces en las películas. Se le acercó un tipo siniestro y le dijo “forastero, yo que tú no lo haría”. En concreto, según explicó Bao Pu, “Importantes instituciones han desvelado nueva información sobre los derechos de autor y no tenemos más remedio que parar la impresión.” Allí donde los mafiosos de antaño de mandaban un sicario con la amenaza de romperte las piernas, los regímenes autoritarios de hogaño te mandan un abogado con la amenaza de meterte la madre de todas las querellas. No hace falta ser muy avispado para imaginarse que esas importantes instituciones que contactaron a Bao Pu tienen su sede en Pekín. Lo bueno de su intervención es que vienen a avalar la autenticidad del manuscrito. Nadie se toma tantas molestias para frenar la publicación de una falsificación.
Lo malo es que en este mundo globalizado, resulta muy difícil censurar eternamente algo. Un chino exiliado en EEUU, que encima fue uno de los líderes de las protestas de Tiananmen, Zheng Cunzhu, se apresuró a publicar el libro con el sello West Point Publishing House. Pero incluso en este mundo globalizado Zhen llegó un poco tarde: las memorias de Li Peng ya andaban circulando por internet.
Las memorias transcriben el diario que supuestamente llevó Li Peng entre el 15 de abril y el 24 de junio de 1989. Las memorias muestran que la decisión de reprimir a los estudiantes la tomó Deng Xiaoping sin necesidad de que nadie le manipulase. El propio Deng habría afirmado: “Las medidas para la ley marcial tienen que ser de mano firme y debemos minimizar los daños pero tenemos que prepararnos para derramar un poco de sangre.” Movido por los recuerdos de la Revolución Cultural, Deng tuvo claro en todo momento que no podía permitir que la situación se le fuese de las manos. También habría sido decisión de Deng el envío de tropas a Pekín. Las memorias muestran que en líneas generales el liderazgo, incluyendo a personas como Jiang Zemin, Hu Jintao o Wen Jiabao, que luego jugaron papeles clave, apoyó las medidas de Deng.
Un punto interesante donde Zhao Ziyang y Li Peng discrepan es el de la fecha en la que Li Peng y Yang Shangkun se reunieron con Deng Xiaoping. Li Peng dice que esa reunión tuvo lugar el 23 de abril, es decir un día antes de la reunión del Comité Permanente, y no un día después como afirmaba Zhao Ziyang. La diferencia es importante.
Si seguimos las fechas de Zhao Ziyang, la interpretación sería que Li Peng aprovecha su ausencia del país para convocar un Comité Permanente en el que triunfa la línea más dura y luego se va a malmeter a Deng. Si nos atenemos al relato de Li, fue más bien Deng quien dio el 23 las instrucciones sobre cómo se tenía que desarrollar el Comité Permanente del día siguiente.
Reconozco que entre el relato de Zhao Ziyang y el de Li Peng, me quedo con el de Li Peng. Zhao Ziyang describe a un Deng que confiaba en él, aunque no niega que tenía sus recelos sobre la marcha de las protestas de Tiananmen y que sus instintos le inclinaban más hacia la dureza. Zhao Ziyang dice que si Li Peng y Yang Shangkun no hubiesen manipulado a Deng, éste no habría dado el visto bueno a la ley marcial. Me parece mucho más creíble la visión de un Deng determinado a aplastar las protestas y a no perder el control de la situación. Li Peng no niega que él apoyó las medidas, que fueron decididas por Deng Xiaoping y recibieron el apoyo de la cúpula del partido.
Entiendo que en sus memorias Zhao Ziyang quisiera preservar el legado de Deng. A pesar de lo que ocurrió entre ambos, Zhao no olvida que durante muchos años fue un protegido de Deng y hay momentos en los que las memorias rezuman afecto genuino por Deng y pesar por la separación que se había producido entre ambos. Incluso es posible que Zhao estuviera convencido de buena fe que a Deng lo había manipulado su archienemigo Li.
Un aspecto que me parece interesante de que Li Peng quiera publicar sus memorias y exonerarse ante la Historia es que parece que prevea que vendrá un tiempo en el que la Historia oficial del Partido Comunista Chino no será la única que se pueda ver en los cines de China.