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las reglas de oro de preston sturges y las noches de eva

Publicado el 17 septiembre 2012 por Enriquestenreiro @soyconfeso
Hay quien afirma que Preston Sturges (1898-1958), abrió camino para que guionistas como Billy Wilder o John Huston saltaran a la dirección, hartos de las modificaciones que, por sistema, eran impuestas desde los estudios. Probablemente, esta afirmación es veraz. Sturges de autodespidió de la Paramount para encargarse de sus propios proyectos, y durante la década de los 40 escribió y dirigió un puñado de notables comedias, inauguradas con The Great McGinty (1940), por la que obtiene el Oscar al mejor guión original.
las reglas de oro de preston sturges y las noches de eva
Las películas de Sturges respetan las señas de identidad de la Screwball Comedy, una variante de las comedias de los años 30 y 40 caracterizada por la locura de la historia, los inteligentes diálogos, el ritmo trepidante, la leve crítica hacia las clases altas y, sobre todo, un romance más cercano al surrealismo que a lo ideal, en donde  - he aquí otra seña de identidad - la mujer es quien lleva la voz cantante. Además, el director de Los viajes de Sullivan (Sullivan´s Travels, 1941), tenía sus propias reglas de oro; once máximas a seguir:
1.- Una chica guapa es mejor que una fea.
2.- Una pierna es mejor que un brazo.
3.- Un dormitorio es mejor que un cuarto de estar.
4.- Una llegada es mejor que una partida.
5.- Un nacimiento es mejor que una muerte.
6.- Una persecución es mejor que una charla.
7.- Un perro es mejor que un paisaje.
8.- Un gatito es mejor que un perro.
9.- Un bebé es mejor que un gatito.
10.- Un beso es mejor que un bebé.
11.- Una caída de culo es mejor que todo lo demás. 


Una de las comedias más conocidas de Sturges, Las tres noches de Eva (The Lady Eve, 1941), respeta gran parte de los postulados de la Screwball Comedy. Durante una travesía en trasatlántico, el millonario estudioso de reptiles Charles Pike (Henry Fonda), se enamora de la timadora Jane Harrington (Barbara Stanwyck), quien viaja junto a su padre, un gran embustero interpretado por Charles Coburn. Como era de esperar, la timadora también cae rendida ante la ingenuidad de Pike. Ambos protagonizarán románticos encuentros en la cubierta del barco, en donde, finalmente, se comprometen. Pero, el joven Pike descubre que se halla ante una banda de timadores y, dolido, rompe el compromiso y desaparece. Tiempo después, surge la oportunidad para el reencuentro: un amigo estafador de la familia les comunica la intención de asistir a la mansión Pike, hecho que Jane aprovechará para hacerse pasar por su sobrina británica, Lady Eve Sidwich. El gran parecido de Eve con Jane, desconcierta al joven Charlie. La cena de la confusión está servida...
las reglas de oro de preston sturges y las noches de eva
En Las tres noches de Eva tenemos locura, caídas, clases altas, romance y, a falta de perros o gatitos, una serpiente. Preston Sturges dirige con la misma agilidad con la que se declaman los diálogos, con una dirección económica y eficaz, alejada de grandes pretensiones, pero provista de buenos encuadres y suaves transiciones. Hay momentos verdaderamente brillantes, sobre todo en la segunda parte de la cinta. El (intento de) desayuno del padre de Pike es hilarante, así como la (re)aparición de Eve, con un marcado acento inglés. Stanwyck y Fonda están realmente soberbios, a la par que divertidos, así como todo el elenco de secundarios, excepcionalmente elegidos y dirigidos para aportar más locura a la historia.
Como en toda screwball, aquí también hay mensaje y, sobre todo, ese optimismo que fue tan necesario en las décadas de los 30 y 40 y que, quizás, debiéramos recuperar, aunque a veces resulte misión imposible. Por lo de pronto, una screwball a la semana  no viene mal.  A mayores, son una cantera inagotable de frases maravillosa para conquistar a cualquiera... 
lo que estoy intentando decirte es: no soy un poeta, soy un ofidiólogo
  

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