La proyección digital es el presente y el futuro de los exhibidores cinematográficos y las distribuidoras. La proyección analógica que todos conocemos (las películas de 35 mm), va dejando paso a un tipo de proyección que, a priori, parace que sólo tiene ventajas respecto a la antigua.
En este post, voy a intentar mostrar cuáles son las ventajas que ofrece este tipo de proyección de un modo sencillo. Espero que os parezca interesante:
El mayor y más claro beneficio que tiene la proyección digital no es de cara a nosotros, el público que va a la sala de cine, es de cara a los empresas distribuidoras y exhibidoras, pues abaratan muchísimo los costes y, en teoría, pueden obtener mayores beneficios.
Un proyector analógico de 16mm
Las películas de 35 mm tenían un coste que las digitales no generan. Para distribuir y exhibir una película, la distribuidora tenía que llevar su película a unos laboratorios donde la copiaban con un coste bastante elevado, y, en el caso de que quisiera varios sistemas de sonido (Dolby Digital, DTS o SDDS) la copia se elevaba muchísimo y sólo podían acceder a estos sonidos las grandes distribuidoras. Para que os hagáis una idea, una película de un cierto éxito precisaba de unas 400 copias en España.
Además, cada una de estas copias de la 'película master' o 'copia cero' tenían que ser transportadas a todas las salas de cine de España antes de la fecha de su estreno, lo que subía aún más el precio de su producto.
Después, de cara a los cines, estas películas tenían que ser montadas y después manipuladas con cuidado para que no se deteriorasen demasiado, con lo que, tenían que pagar a proyeccionistas que hiciesen este trabajo. Bien, pues a grandes rasgos, el coste de las películas de 35 mm implicaba el trabajo de: la gente del laboratorio, los transportistas y los proyeccionistas y seguro que me olvido de algún gremio más... Estos oficios, lógicamente, están en peligro de extinción hoy en día.
Proyector digital
Las copias digitales, sin embargo, son un disco duro de unos 200 GB, que cabe en una maleta por lo que su distribución es infinitamente más barata. En primer lugar, no precisa de uno o varios laboratorios realizando 600 copias para un gran estreno, ya que, el 'máster' puede copiarse cuantas veces se desee por un ordenador. Su transporte y previsión de copias es infinitamente más sencillo, la película cabe en una maleta y puede ser transportada con facilidad de unos cines a otros, ya que cada película se ingesta en el ordenador de cada proyector y no es necesaria la copia que llega al cine para su proyección. Y por último, los proyeccionistas ya no son necesarios, pues la copia no precisa ser montada ni manipulada, basta con pulsar el 'Play' en un ordenador para que la película arranque.
Ésta es la gran ventaja del cine digital, abaratar costes para obtener mayores beneficios, aunque, para ello, ha de hacerse una gran inversión: renovar todos los proyectores antiguos para hacerlos digitales es un elevado coste que ha tenido que ir haciéndose poco a poco y ha provocado el encarecimiento de las entradas de cine en los últimos años. Aunque, un cine con todos los proyectores digitales, en teoría cuesta menos dinero mantenerlo.
Un proyector analógico y uno digital. La diferencia salta a la vista
De cara al público, el cine digital también tiene sus beneficios, aunque, al contrario de lo que he oído alguna vez, no tiene mejor calidad que la 'copia cero' de una película.
El cine analógico, es decir, la películas de 35 mm (que eran el standard de los cines), sufría un deterioro constante desde el primer momento, ya que el fotograma tiene una emulsión que en su copiado y posterior manipulación va deteriorándose. Además el fotograma contenía toda la información en esos 35 mm, con lo que los sonidos digitales, sobre todo el SDDS que iba a los lados del fotograma, se deterioraba. Esto provocaba que una persona que fuera a ver una película un mes después de su estreno, se encontrase con que la película tenía algo de suciedad e incluso algún salto de sonido o alguna raya atravesando la pantalla.
Con el cine digital, esto ya no existe, puesto que la información digital no va deteriorándose (algo así como la relación entre los discos de vinilo y los compact disc). La persona que va a una sala digital de cine, se va a encontrar con una calidad como la de una 'copia cero' y no tendrá que preocuparse en que la película vaya a estar sucia o tenga alguna raya o un salto de sonido.
Gafas de 3D de la marca RealD
Además, la proyección digital permite un nuevo sistema que a mí personalmente no me gusta: el 3D. El sistema de 3D consiste en un filtro que, combinado con una gafas, nos permite ver 'dos imágenes distintas', una con cada ojo, creando un efecto tridimensional en la imagen. Este sistema, concebido para crear un cine más espectacular, tiene muchos puntos negativos, como el hecho de tener que ponerse unas gafas para ver la película, los mareos que llega a producir y el que a mi personalmente me molesta más: el tono más oscuro de las gafas, sumado al filtro del proyector le quita muchísimo color a las películas. En el fondo, las películas se ven con mucha peor calidad con este sistema y sólo por ver unos pocos efectos en tres dimensiones, una pijada...
En definitiva, el cine digital es ya una realidad y muchas salas de cine ya usan este tipo de proyección que, a priori, ofrece tantos beneficios. Aunque yo pienso que, en el fondo, lo verdaderamente importante son las películas... Si la película es mala, por mucha calidad y confort que me ofrezcan me sentiré incómodo, y si la película es buena, se disfrutará aunque se esté sentado en el suelo y viéndola en una tele de 15 pulgadas...