Revista Opinión
1. En el fragor de las primeras horas del sabotaje sedicioso llevado a cabo por los controladores aéreos, hubo tertuliano que habló de la acción como de un "verdadero golpe de Estado". No diría yo tanto. A mi juicio, este pulso al Estado y a la ciudadanía española en su conjunto no pasa de ser una canallada llevada a cabo por una banda de sinvergüenzas, a los que llamarlos chorizos (ladrones) es ofender a los delincuentes comunes. Pero nada más. El Estado está muy por encima de sus posibilidades.
2. El ministro señor José Blanco deberá explicar cómo es posible que luego del verano anunciara triunfalmente "haber metido en cintura a los controladores" (sic) y que ahora se haya organizado semejante sindiós... perfectamente previsible por otra parte, dados los precedentes habidos en ocasiones semejantes. No es la primera vez que controladores, pilotos, personal de tierra y otros elementos por el estilo colapsan el tráfico aéreo y siembran el caos en España.
3. De paso el señor ministro de Fomento debería aclararnos cómo es posible que a fecha 3 de diciembre de 2010, y teniendo en cuenta esos precedentes y acciones semejantes, aún no se hubiera despedido a estos 2.000 bandoleros llamados controladores aéreos, un colectivo organizado que lleva años ejerciendo el proxenetismo sobre el tráfico aéreo en España. Toda la paciencia del mundo y cientos de miles de euros anuales como salario para unos "especialistas" de opereta, que se convierten en controladores sin que se les requiera titulación superior alguna y con un curso de entrenamiento de un año. Para más inri, entre las reivindicaciones presentadas en su propuesta de convenio/trágala, los señores y señoras controladores tienen la desfachatez de exigir que se les conceda una moratoria en la exigencia de acreditación de unos conocimientos mínimos de inglés. Asombroso, simplemente: ¿en qué idioma se manejan en su trabajo entonces, si una parte del colectivo es incapaz a fecha de hoy de acreditar "conocimientos mínimos de inglés"?.
4. Cualquier abogado mínimamente documentado explicaría que técnicamente, los señores y señoras controladores aéreos, unos dos mil empleados públicos, sometieron a secuestro a cientos de miles de españoles, atrapados durante días en aeropuertos del país y de todo el mundo. ¿Por qué no han sido procesados todavía por ése cargo, aparte los flagrantes de sedición y sabotaje? ¿Por qué no han sido enviados en furgonetas policiales ante un juez (civil, por supuesto)? ¿Por qué sus cuentas y bienes no han sido embargados para hacer frente con ellos a las indemnizaciones a particulares y empresas que correspondan?.
5. ¿Dónde han estado estos días el señor Miguel Sebastián, ministro de Industria Comercio y Turismo, y la señora Carmen Chacón, ministra de Defensa?. Hasta el mediodía de hoy martes, ¡cuatro días después del inicio de la crisis! el señor Sebastián no ha tenido a bien enseñar la jeta para mascullar en el telediario que todo está bajo control... Pues no precisamente gracias a él, que desapareció en combate desde el primer minuto. En cuanto a la señora Chacón, es una vergüenza pública que esta persona siga calentando un sillón ministerial como el de Defensa: tras el decreto que militarizaba la gestión de las torres de control de los aeropuertos civiles españoles tuvo que ser Constantino Méndez, el secretario de Estado de Defensa, quien se enfrentara a los controladores y les recordara que se habían acabado las bromas y que estaban bajo jurisdicción militar. De todos modos seguramente ha sido una suerte que pesos muertos como Sebastián y Chacón andaran estos días eligiendo corbatas o retocándose el rimmel; al cabo, al no dejarles tocar pelota (imagino que debió ser una de las condiciones de Rubalcaba para hacerse cargo personalmente de la gestión de la crisis), todos hemos salido ganando; salvo los controladores, claro.
6. El Partido Popular sigue sin dar explicaciones acerca de las reuniones que según múltiples fuentes, incluido el ministro Alonso, han mantenido con los controladores aéreos en los días previos al movimiento sedicioso de éstos. ¿Va a investigar la Fiscalía General del Estado las incitaciones, complicidades y/o apoyos que haya podido prestar el partido de la extrema derecha parlamentaria española al sabotaje emprendido por los controladores aéreos o también va a ocultarlos como en los casos Couso, Guantánamo y Vuelos de la CIA?.
7. Gaspar Llamazares se equivoca en esta ocasión, cogiéndosela con papel de fumar. El estado de alarma decretado por el Gobierno, señor Llamazares, es un escalón diferente al estado de excepción y al estado de sitio, y por supuesto su implementación temporal no comporta ninguna escalada hacia ellos ni vulneración de derecho cívico alguno. No hay militarización ninguna ni salida de tanques a la calle, ni nada parecido. El estado de alarma era imprescindible para atajar la crisis; simplemente es un arma coactiva contundente para doblegar al colectivo de sediciosos. Nada más.
8. De la crisis sale engrandecido Pérez Rubalcaba, quien al decir de Josep Ramoneda ha actuado como "un primer ministro". Según los papeles de Wikileaks, la Embajada norteamericana le considera un "apagafuegos" y el ministro más inteligente. Ramoneda firmaba hoy un suelto en El País en el que apunta una tercera vía entre agotar la legislatura y convocar elecciones anticipadas: la posible dimisión de Zapatero y la elección de Rubalcaba por una mayoría parlamentaria suficiente. Ocurre que Rubalcaba no puede ser indefinidamente el bombero de cuanto arde -que es mucho- en el solar hispánico; en todo caso, tampoco tengo claro que acceder a la presidencia del Gobierno en estas condiciones sea un premio para éste hombre o para cualquier otra persona que pueda despertar simpatía. Sólo yonkis del poder como Mariano Rajoy (PP) o Artur Mas (CiU) o inconscientes irresponsables como Carme Chacón, pueden ansiarlo aún viviendo el país entero en el filo de la navaja.