La receta de lechazo asado es muy sencilla y apenas necesitamos ingredientes para su elaboración. Hoy vamos a servirla con patatas y ajos confitados, rematando ambos después en la sartén para que queden con un bonito color dorado, acorde con el de la paletilla de cordero lechal.
El lechazo o cordero lechal es el cordero tan joven ya sea macho o hembra, que a lo largo de su vida solamente se ha alimentado de la leche de su madre. Esta característica aporta un delicioso sabor a su carne y una ternura sin igual.
Yo lo compro como sabéis en Carne Villa María, mi carnicería On line de confianza que desde hace años es mi proveedor de carne para Lazy Blog, por la comodidad de su servicio, su precio y calidad y sus corderos lechales provienen de la provincia de Segovia.
Ingredientes para 2 personas
- Para el asado, 1 paletilla de lechazo o cordero lechal, 10 g de manteca de cerdo, sal, una rama de romero
- Para la guarnición 2 patatas y 4 dientes de ajo, aceite de oliva
Cómo hacer lechazo asado
Precalentamos el horno a 160º, una temperatura baja ya que vamos a cocinar el lechazo muy lentamente. Mientras alcanza esa temperatura, ponemos la paletilla de cordero en la fuente donde la vayamos a cocinar, la espolvoreamos con sal y la barnizamos con un pincel de silicona que vamos mojando en manteca de cerdo derretida en el microondas.
Si queréis que tenga un poco de sabor a ajo, podéis frotar con un diente la paletilla antes de darle la manteca, pero yo no lo suelo hacer para no tapar el delicioso sabor del cordero lechal. De vez en cuando, mientras se vaya cocinando el lechazo podemos repetir la operación de barnizar para que quede más brillante y dorada la paletilla al terminar el proceso.
Una vez preparada la paletilla, la metemos al horno, añadimos medio vaso de agua y dejamos que comience la magia. Si os fijáis, he usado una fuente un poco pequeña para que la paletilla no repose en el fondo sino que esté un poco en alto. Así el lechazo no se moja en el agua y no se cuece en ella sino que se asa.
El tema de la temperatura es muy importante. Si hacemos el cordero a 200º estará listo en una hora y media. Pero lo normal es que se reseque. Si lo hacemos despacio a 150º, con agua en el fondo de la fuente, quedará en su punto. Eso sí, hay que tener más paciencia y estar pendiente para añadir agua si falta o retirarla con un cacillo si los jugos que suelte el cordero hacen que haya demasiado líquido.
Al finalizar el proceso, el agua se habrá convertido en una deliciosa salsa del mismo color que el cordero, que os va a gustar mucho, ya sea con la carne de lechazo o con un poco de pan.
Mientras se hace el lechazo, podemos preparar la guarnición poniendo unas patatas y unos dientes de ajo a cocinar en una sartén con aceite frío, y dejando que se hagan a fuego muy muy lento durante una hora aproximadamente, para que nunca se frían ni tomen color. Después, las sacamos de la sartén y escurrimos, ponemos el fuego a tope y las doramos como si fueran patatas fritas normales.
A la hora de servir, incorporamos las patatas y los dientes de ajo ya dorados a la fuente de horno, ponemos una ramita de romero fresco sobre la paletilla de lechazo y llevamos a la mesa entre las ovaciones del personal que estará más que expectante, teniendo en cuenta el olor que habrá por toda la casa.
- Tiempo de elaboración | 3 horas
- Dificultad | Receta muy muy fácil
- Raciones | 1-2 por paletilla
Degustación y consejos finales
Para disfrutar de un buen lechazo asado, como habéis podido ver en la receta solamente hace falta una buena materia prima. Con las paletillas de lechal de Carne Villa María, es tan sencillo como añadir un poco de manteca de cerdo, un poco de sal, mucho cariño y mucha paciencia, mientras se cocina lentamente en el horno.
El sabor del lechazo asado en el horno lentamente, no se os va a olvidar. Y si queréis ver cómo hacía mi abuela esta receta añadiendo un chorrito de vinagre y un poco de agua, aquí tenéis el enlace. Sed felices