ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.Hoy en día, hablar de Stuart Price, es hacerlo de uno de los productores más populares del panorama dance y pop. Se puede decir que se ha ganado el calificativo de “valor seguro” gracias a sus trabajos bien en la producción, bien como director musical en diversas giras (Madonna, Pet Shop Boys) o bien como remezclador de artistas tan conocidos como The Killers, Coldplay, Keane, Seal o Depeche Mode.
Nadie podía imaginarse la notoriedad que iba a alcanzar nuestro protagonista cuando en la segunda mitad de los 90 empezó a crear su propia música demostrando una hiperactividad realmente sorprendente. Su afán por poner en pie diversos proyectos le ha llevado a crear grupos como Zoot Woman (junto a Adam Blake y Johnny Blake), ocultarse tras alias como Jacques Le Cont, Thin White Duke o el que nos ocupa esta vez: Les Rythmes Digitales, eligiendo este nombre en francés en una especie de homenaje al French House que empezaba a ponerse de moda a mediados de los 90.
Además este nombre en francés funcionaba también como broma. Muchos pensaron que realmente era francés ya que su sonido se encuadraba perfectamente en la música electrónica de baile que se estaba haciendo en ese momento en el país galo, pero la realidad era que Stuart era, por así decirlo, un farsante. A nuestro protagonista le dio por hacerse pasar por francés, pero en realidad él es británico. Un guiño a esta falsa identidad francesa está en el propio nombre del proyecto Les Rythmes Digitales, ya que éste nombre tiene una falta de ortografía pues en realidad, en un francés correcto, debería escribirse Les Rythmes Digitaux.
Con este alias se estrenaría en 1996 con el álbum “Liberation”, un álbum muy diferente al que nos ocupa, donde Stuart practica un sonido mucho más oscuro, frio y denso, muy poco bailable que mezclaba de manera original techno, detalles de hip hop e incluso de jazz. En definitiva un álbum un tanto difícil, lo que explica en parte que no tuviera una gran repercusión.
Tras este primer álbum, Price decide que el segundo será el contrapunto perfecto y si “Liberation” era un álbum poco comercial y sombrío, este “Darkdancer” sería un álbum muy luminoso, a veces de forma exagerada, pasamos a analizarlo.
ANÁLISIS DEL DISCO.1. “Dreamin’”: El album comienza con un buen pedazo de House donde se nota la influencia de los primeros Daft Punk, y también del Euro-Disco de la primera mitad de los 90. Estilo muy denostado por amantes de la música electrónica de generaciones posteriores, pero que hay que reconocerle el merito de hacernos bailar con mensajes tan simples como los de este “dreamin’” que no para de repetir en su escasísima letra ese “dance dance dance”. Fluidas melodías de sintetizador muy marcadas y un sonido pulcro consiguen que “dreamin” sea un tema agradable y festivo, totalmente luminoso que marca lo que será prácticamente todo el álbum.
2. “Music makes you lose control”: Con un bajo sinuoso con ligeros toques funky, Stuart encara un tema repleto de viejas cajas de ritmos ochenteras, en algunos momentos pareciera que estuviéramos escuchando uno de esos instrumentales que hacia la Human League de la época del “Dare”. Para no dejar el toque ochentero, no podía faltar el correspondiente saxo evocador y un tanto hortera, todo con una pequeña pátina de la escuela “french touch”. Un tema un tanto chirriante, pero sin duda pegadizo que logra su propósito de que el baile no pare, sería uno de los singles del álbum.
3. “Soft machine”: Se trata de un tema bastante agresivo por la lograda combinación de la voz potente y agitada del cantante Thomas Ribero, con una percusión muy machacona, aunque manteniendo siempre un sonido limpio. Ribero realiza su primera colaboración en el álbum y realmente se luce poniendo grandes dosis de emoción, a veces hasta excesiva, pareciera poseído por el mismo Lucifer como dice la letra de la canción “I’ve got Lucifer rising in my head”. Hay que destacar que no son pocos los elementos minimalistas que se incluyen en “Soft machine” adelantándose en unos cuantos años al auge de esta rama de la electrónica, a Price le gusta jugar con el sonido y no duda en distorsionar bajos y sonidos de sintetizador. A pesar de ser un tema con un sonido un tanto áspero, unas oportunas capas de sintetizador dan el contrapunto creando un sonido algo más amable.
4. Hypnotise: A pesar de su título, el tema no es que sea muy hipnótico realmente. Más allá de ritmos repetitivos, de este absoluto rompepistas destaca sin duda por su más que contundente percusión. Con su sonido minimalista, con toques muy electro, nos está mostrando el camino de lo que será los movimientos electroclash, el minimal en la siguiente década. Adelantada a su época.
5. (Hey you) What’s that sound: Uno de los temas con más peso en el disco es claramente esta canción construida a partir de un sampler del éxito “I wish” del rapero Skee-Lo. Todo el tema es por un lado un homenaje al sonido Daft Punk circa “Homework” con ese toque funk y ese magnifica línea de bajo y por otro un nada disimulado tributo a la música de los años 80; esto se hace más que patente en esos chirriantes punteos de guitarra sintetizada y ritmos saltarines. Por si no estaba claro el homenaje a los 80, el video clip realizado para esta canción está plagado de referencias a esa época, Price armado con un Keytar (sintetizador tipo guitarra) recorre una ciudad transformando a diversos personajes en clichés de la década de las hombreras y los blusones; sin duda un videoclip muy divertido y kitsch, que además cuenta con el cameo de Boy George.
6. “Take a little time”: El sonido ochentero continúa, y qué mejor que hacerlo con la colaboración de la potente voz de Shannon. Es muy posible que este nombre no les diga nada pues se trata de uno de esos tantos artistas “one hit wonder” que en el año 1983 tuvo su momento de gloria gracias al single “Let the music play” que mezclaba elementos pop y disco. Está claro que para este “take a little time”, Stuart ha tenido muy presente el antiguo hit de la cantante y ha querido construirle un tema a su medida, muy pop sobre todo en el estribillo que nos recuerda un poco a la primera Madonna. El tema además incluye algún que otro apunte soul y unos pianos house muy del final de los 80 o principios de los 90. En resumen un perfecto numero pop ochentero sin un ápice de ironía.7. “From disco to disco”: Siendo uno de sus artistas favoritos los germanos Kraftwerk, no podía faltar un tema donde el vocoder fuese protagonista. Un vocoder perfectamente distorsionado a veces de forma surrealista, lo cual unido a una serie de ruidos y sirenas varias hacen el tema más caótico. En realidad esta canción está basada en el mismo tema del grupo Whirlpool Productions que sería un gran éxito en 1996 y el cual sería remezclado por Stuart Price. Una acertada decisión recuperar el tema para este “Darkdancer”.
8. “Brothers”: Se trata de un tema prácticamente instrumental donde se repite sin cesar el titulo de la canción creando una secuencia repetitiva y con algún que otro detalle robótico. Hay que destacar como en un tema tan puramente dance podemos distinguir varias líneas melódicas y de percusión que consiguen esa agradable sensación de preguntarse qué nuevo sonido será el siguiente, pues aquí a Stuart pone su lado más experimental y, alejándose del formato pop, nos ofrece un original tema donde demuestra su creatividad. A destacar también el bajo electrónico hacia el final de la canción dando lugar a un sonido más denso.
9. “Jacques your body (make me sweet)”: Seguimos con otro tema para la pista de baile. Fue el mayor éxito del álbum en formato single; curioso ya que no tiene una estructura convencional y carece de letra, estribillo, etc., pero lo cierto es que sin duda seria beneficiado por el efecto Daft Punk ya que “Jacques your body” está muy influenciado por el duo francés y es un perfecto ejemplo de french touch, con esas líneas de bajo funky que dotan la canción de un ritmo endiablado. A mitad del tema una curiosa línea de sintetizador se añade para dar una pequeña pausa para inmediatamente volverse a lanzar con más determinación, aún si cabe, completando una de esas canciones que es puro electro-funk. El single contaría con un surrealista video clip donde Stuart que interpreta a un músico callejero se ve de repente transportado a un mundo paralelo donde se transforma en superhéroe y es perseguido por un ejército de mujeres; realmente surrealista y hortera pero muy divertido.
10. “About funk”: El título lo dice todo y aquí Price profundiza durante más de cinco minutos en su vertiente más funk, aunque no renuncia a añadir una cálida mezcla de sintetizadores retro con algunas originales distorsiones que tanto gustan a nuestro protagonista. Una pieza que sigue los planteamientos del tema anterior dándole un toque más repetitivo, aunque sin llegar a saturar. Price decide dar fin a la canción con diversos ruidos de una gran ciudad, pero podría haber continuado manteniendo la base rítmica ad infinitum. Es de esos temas que se presta a ello.
11. “Sometimes”: Uno de los temas estrella de este álbum con la colaboración de Nik Kershaw a las voces. Recordemos que Nik tuvo un grandísimo éxito entre los años 1983 y 1986, con lo que de nuevo el guiño a los 80 es evidente. El tema nos ofrece unos bajos atronadores que constituye la base, es destacable como a partir de elementos muy minimalistas (esas cajas de ritmos tan simples por ejemplo) logra crear un tema totalmente pop apoyado por la convincente interpretación de Nik. Sin duda uno de los platos fuertes del disco y es normal que fuera uno de los singles. El tema además contaría con un original video que relata un mundo de ositos de peluche, donde nuestro protagonista oso comete un suicidio producido por la incomprensión de sus semejantes a sus aspiraciones por ser una pop star; merece la pena el visionado.
12. “Damaged people”: De nuevo Thomas Ribero toma las riendas vocales para darle entidad a la que es la canción más profunda y oscura del álbum. El tratamiento de los sintetizadores recuerda a lo realizado por Moby sobre esa época. Una percusión original y juguetona consigue hacer resaltar aun más la interpretación vocal haciendo que Ribero se luzca a gusto. Todo ello en un tema de casi 7 minutos que representa la cara más experimental del álbum.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.Aunque “Darkdancer” tuvo muchísimo más impacto que su álbum de debut, tampoco es que fuera un gran éxito. Eso sí, singles como “Sometimes” y sobre todo “Jacques your body (make me sweat)” sonaron bastante e hicieron que el álbum no pasase desapercibido.
Con el tiempo “Darkdancer” se ha convertido en un álbum de culto. Hacía falta mucho valor para sacar al mercado en un año como 1999 este compendio de electro, french house y homenaje nada velado a los 80, pero Stuart Price no solo consigue actualizar el sonido ochentero, sino que también va a crear un álbum realmente adelantado a su tiempo ya que va a definir la música electrónica de baile que sonará en la primera década de los 2000 y movimientos como el electroclash. No es casual que el álbum se terminara reeditando (incluyendo un segundo disco de remezclas) a mediados de la década pasada. Tenía sentido pues era la época que le correspondía.
A partir de “Darkdancer” la carrera de Price empieza a despegar. Sigue ganando notoriedad con su proyecto Zoot Woman, se empieza a cotizar muy bien como remezclador, de hecho para muchos críticos su mejor labor esta en este campo ganando diversos premios como los dos Grammys que se llevaron sus remixes para No Doubt (“It’s my life”) y Coldplay (“Talk”), aunque el gran campanazo lo daría con la producción del álbum “Confessions On A Dance Floor” de Madonna, que fue un enorme éxito mundial y que le valió otro Grammy.
Entre sus trabajos más recientes hay que destacar las producciones para Pet Shop Boys, Robbie Williams o Hurts, pero la lista es interminable convirtiendo a Price en una especie de mago del pop que no tiene ningún problema de saltar de un proyecto a otro sin que de momento su sonido se resienta.
Texto: Alfredo Morales.