Revista Opinión

Lewinsky o el Escoltacultural

Publicado el 17 diciembre 2018 por Cronicasbarbaras

Parece raro comparar a Carmen Calvo, ahora vicepresidenta del Gobierno, con Bill Clinton, presidente de EE.UU. entre 1993 y 2001, pero ambos presentan paralelismos en sus ideas políticas y en su conducta desde el poder.

Calvo, de 61 años, dirigente del PSOE desde hace 18, apoya sus ideas con frases que suelen romper lo razonable, como la de considerar que puede hacer lo que quiere con el dinero público porque “no es de nadie”.

Sus últimas aportaciones al derecho constitucional, del que es profesora, pretenden feminizar la Constitución tratando de introducir indirectamente la segregación de sexos o género a favor de la mujer, en contra del artículo 14 que consagra la igualdad.

Su última frase más contundente es la de que “Proteger la libertad sexual de las mujeres implica aceptar la verdad de lo que dicen. Las mujeres tienen que ser creídas sí o sí, como en cualquier otro tipo de delito. Las víctimas deben contar con la solidaridad del Estado”, con lo que elimina la presunción de inocencia, las pruebas y pone a todos los hombres al albur del carácter o intenciones de cualquier mujer.

Ideas cercanas a las de Bill Clinton, feminista jurado verbalmente, aunque tuvo que contenido en sus entusiasmos por su propio Partido Demócrata, algo que no pasa en el PSOE.

Porque una cosa es el feminismo oral y otra el personal: en 1998, con 49 años de edad, usó la fascinación que generaba su cargo para lograr que Monica Lewinsky, una becaria de 22 años, por tanto mayor de edad, le hiciera al menos una felación.

Carmen Calvo, divorciada y enemiga del amor romántico, también se “empodera” con la fascinación que genera el poder: su pareja es un escolta policía nacional mucho más joven y tan apolíneo que sus compañeros bromean llamándole “el Escoltacultural”; otros lo bautizan como Lewinsky.

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SALAS

Tira Salas 6355


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