Hemos oído toda una cantidad de noticias y estudios y conclusiones sobre los genes y la obesidad. Todo el peso y problemas con la comida vienen desde lo que tu mamá hace y come cuando va a concebir, pasando por tus antecedentes familiares, todo el embarazo, su estado de ánimo, toda tu niñez... Todas esas cosas que no podemos controlar y en las que hay que limitarse a decir "así soy y ni modo".
Así es, los genes traen toda nuestra información y nos hacen de cierta forma pero lo que también es cierto y se ha identificado es que podemos tener esa propensión y sin embargo controlarla con nuestro ambiente. Se ha visto incluso con gemelos, como uno de ellos tiene obesidad y el otro no, cuando ambos comparten los mismos genes pero cada uno toma sus decisiones.
Hay que hacerse responsable de nuestras decisiones, no le vamos a echar la culpa a nuestra pobre madre del trauma que traemos porque nos forzaba a hacer la tarea. Llega un punto en el que hay que ir más allá.
Cuando estamos en el otro lado y vamos a tener un bebé, creo que lo mejor es cuidarse y disfrutarlo. El estrés y la obsesión porque todo salga perfecto nos van a caer peor.