Revista Cocina

Libro: Cocinar con plantas silvestres

Por Sentir @menjasa1

Hay quién dirá que cocinar con plantas silvestres es una locura, o que es algo que incumbe a supervivientes en situaciones límite, pero lo cierto es que esta modalidad gastronómica recupera una sabiduría tradicional muy arraigada a la especie humana que se ha perfeccionado y modernizado para encajar en la vida actual.

Apasionado conocedor de las plantas desde hace más de 35 años, Bernard Bertrand, autor del libro Cocinar con plantas silvestres, pretende enseñar a quien se atreva a adentrarse en el mundo de la cocina silvestre a reconocer, recolectar y utilizar este tipo de plantas.

El autor plantea el libro como una guía práctica en la que dedica los primeros apartados a reconocer y explicar las características de cada una de las plantas que pueden ser susceptibles de utilizarse en la cocina. Después de dar una detallada información de cada planta, Bertrand acompaña al lector a través de un recetario que propone desde sopas, entremeses y platos, a salsas, condimentos, repostería, conservas y bebidas.

Eso sí, no hay que olvidarse de las advertencias de la introducción del libro. Peculiar y persuasiva, la explicación que da el autor en las primeras páginas trata de convencer al más escéptico de los cocineros de que la cocina con plantas silvestres no es sólo saludable, sino necesaria para reequilibrar nuestros organismos maltrechos por una alimentación de todo menos sana, dada la vorágine de quien se ve arrastrado por los anuncios, los envoltorios llamativos y la prisa de la rutina diaria.

Bertrand advierte de la necesidad de comenzar por lo fácil. “Antes de cocinar plantas silvestres, es aconsejable asimilar unas cuantas nociones generales”, reconoce el autor. Y es que para poder lanzarse a cocinar y experimentar, primero es necesario aprender a reconocer las propias plantas, pues a pesar de que las flores o frutos son bastante fáciles de identificar, la tarea se complica al tratarse de verduras (hojas) y raíces, que acostumbran a originar numerosas confusiones. “Ante la duda, absteneos; no hay ninguna vergüenza en no saber, la Naturaleza es caprichosa, y a veces nos reserva divertidas sorpresas capaces de engañar hasta a los más avezados”, sentencia el experto.

Eso sí, una vez tomadas las precauciones y actuando con rigor, nada grave puede suceder a aquel que decida aventurarse en esta nueva experiencia. Y para todos los osados que hayan visitado las páginas de ese libro, ha llegado el momento de pasar a la cocina. El primer paso no difiere mucho de nuestros inicios para elaborar cualquier tipo de ensalada o verdura: ¡es fundamental lavar las materias primas! Porque las verduras silvestres se cocinan como las cultivadas, ni más ni menos.

La inclusión de plantas silvestres en la cocina no tiene por qué responder a una voluntad de sustitución de verduras cultivadas. La recomendación es incorporarlas para enriquecer las recetas y recuperar una paleta de sabores naturales mucho más amplia que la que empleamos con las verduras cultivadas.


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