Revista Cultura y Ocio
No hice post en septiembre porque había leído poco y ahora resulta que se me han acumulado un montón, así que hoy toca post ladrillo de libros encadenados. Sé que tienen sus fans e incluso alguien lo ha pedido hace poco en los comentarios..
La inmortalidad de Kundera. Ya lo he comentado más veces, pero lo repito. Kundera no es americano pero escribe siempre la misma novela e igual que los autores americanos tienen una querencia por protagonistas masculinos digamos “peculiares”, Kundera siempre tiene en sus historias una mujer “mayor” que le inspira. En este caso la mujer es Agnes. Kundera cuenta su historia, la de su marido Paul, su hermana Laura, la de Goethe y Bettina y la de un personaje misterioso llamado Rubens con el que Kundera juega al equívoco. Es una novela curiosa por el fondo y la forma. El narrador es a la vez personaje. Utiliza una visión omnipresente con la que puede penetrar en los pensamientos y sentimientos más íntimos de los personajes y por otro lado es un espectador que sólo sabe o cree saber lo que ve. Es una historia sobre las relaciones amorosas pero no como parejas, sino como lo que cada uno es y sigue siendo aunque esté en pareja. La narración avanza dando curvas, ascendiendo y descendiendo, con la historia de Goethe y Bettina como una especie de carretera secundaria, de vía de servicio donde descansar de la historia principal.
Le veo unos cuantos fallos pero es una lectura que me ha gustado. Con Kundera me pasa que o me desasosiega o me dan ganas de decirle “ a ver..que todo esto es mucho más sencillo”. Este libro ha tenido el honor inaugurar mi nuevo cuaderno rojo de lecturas y me ha dado para un par de posts, uno sobre la curiosidad y otro sobre el camino.
“Es parte de la definición de sentimiento el que nazca de nosotros sin la intervención de nuestra voluntad, frecuentemente contra nuestra voluntad”.
La bandera invisible de Peter Bamm. Un libro en préstamo y que me recomendaron cuando hace más de un año colgué el post de lecturas sobre la II Guerra Mundial. Peter Bamm fue médico de la Wermacht, cuenta su experiencia en la estepa rusa cuando comenzó la operación Barbarroja y cuando fue evacuado de Crimea. Pasa el final de la guerra en en Prusia oriental asistiendo al imparable avance ruso hacia Berlín. Al final, consigue huir a Copenhague.
Bamm lo escribió en 1952 y tiene el tono exacto que comparten los libros de esa época; frio y distante. Supongo que Bamm necesita coger esa distancia para que no le duela, la única manera de contar esa experiencia es hacerlo como si lo viera desde fuera. Son experiencias que le ocurrieron a él, es un libro autobiográfico pero sin embargo no parece afectado emocionalmente ni al contarlo / escribirlo ni cuando le ocurrió. Cuanto es inevitable narrar algo dramático o que le desborda, utiliza siempre el plural “estábamos agotados”, “casi no dormíamos”, “la desesperación nos acechaba”. Expresar el dolor de manera compartida es una manera de diluirlo. En la parte final sobre Prusia, no consigue distanciarse tanto y es más emocionante y mucho más real.
En general me ha gustado porque es un testimonio directo, de primera mano de alguien que estuvo allí y que lo cuenta 7 años después, mirando esa experiencia desde el conocimiento del horror que sus compañeros infringieron al mundo y los horrores que eso provocó. Lo cuenta y además tiene que vivir con ello y justificarse en cierta manera sino delante de los demás, sí delante de sí mismo para poder seguir viviendo. Creo que por eso insiste tanto en su preocupación por salvar vidas fueran de quien fueran y su desprecio hacia “los otros” que son los miembros de las SS. Es curioso también como llama a Hitler “ el hombre primitivo”, en ese tono de distancia hacia Hitler me ha recordado a Speer en sus memorias.
“La muerte es algo duradero”
“Mundo del fin del mundo” de Luis Sepúlveda. Este libro lo compré por 0,50 € en el mercadillo de fondos de la biblioteca de Los Molinos que montaron este verano.
En este caso es la historia de un joven chileno que vive en Europa y que tras leer Moby Dick y quedarse flipado consigue que sus padres le dejen viajar para embarcarse en un ballenero. Muchos años después, vuelve a la costa chilena convertido en un joven periodista preocupado por el medio ambiente a investigar las actividades de un ballenero japonés que ha intentado cazar ballenas de manera ilegal en aguas chilenas. Es una mezcla de relato de aventuras, de recuerdos, retrato de personajes, leyendas, descripción de paisajes y amor por el mar y la naturaleza. Sepúlveda tiene una prosa sencilla pero muy descriptiva y muy rica en matices, con palabras curiosas que mola leer: “ un chico que patiperreaba”. Patiperrear es una palabra chulísima.
“Desprecio lo que ignoro” es el lema de curiosos filósofos de la destrucción”
“La epopeya del bebedor de agua” de John Irving. Esta novela se la compré a un niño en las fiestas de Cicely este verano. Es una memez de libro, completamente prescindible y que no aporta nada. No voy a extenderme. El personaje principal puede recordar remotamente a “Conejo” de Updike pero se queda a años luz. Fred Bogus es un tío inmaduro que da bandazos por la vida hasta resultar cansino y detestable…te dan ganas de pegarle durante todo el libro o de solucionarle su “problemilla de huevos” cortándoselos. Un horror.
“Encuentros con el otro” de Ryszard Kapuscinski, comprado en la Feria del Libro Antiguo de Otoño en el Paseo de Recoletos. Es un libro muy breve que recopila 4 conferencias dadas por Kapuscinski entre 1990 y 2005. El tema de todas ellas es “El Otro”, entendido tanto como individuo como colectivo formado por todos aquellos que me son extraños. Las cuatro conferencias repiten conceptos e ideas ( Kapuscinski como todos, hace refritos y aprovecha cosas) pero he sacado unas cuantas reflexiones interesantes. Confieso también que algunos conceptos filosóficos sobre todo de la tercera conferencia se me escapan totalmente. Sobre este no me extiendo ahora..porque creo que escribiré un post exclusivo sobre él.
Dejo esta idea porque ya escribí sobre esto aunque peor que Kapuscinsky por supuesto.
“ Pero no solo el viaje como forma de vida libremente elegida es infrecuente. También la curiosidad por el mundo. La mayoría de la gente no la tiene. La historia conoce civilizaciones que jamás mostraron interés por el mundo exterior. África nunca construyó una nave con la que descubrir lo que había más allá de los mares que la bañaban. Sus gentes ni tan siquiera intentaron llegar a la vecina Europa. Más lejos aún fue la civilización china: pura y simplemente se separó del resto del mundo con una muralla. Europa será una excepción, pues es la única que desde sus mismo comienzos griegos muestra una gran curiosidad por el mundo y un deseo no solo de conquistarlo y dominarlo son también de conocerlo. Y en el caso de sus mentes más preclaras, única y exclusivamente de conocerlo y comprenderlo”.
“Bilbao-New York-Bilbao” de Kirmen Uribe. Este libro llevaba por lo menos dos años en mi estantería. Fue un regalo de Jefe Supremo por un día del libro y ahí lo había dejado, sin mucho interés, hasta que ha llegado su momento y me ha “llamado” desde la estantería.
Me ha flipado y eso que iba con mucha prevención. Literariamente es una novela sobre cómo se escribe una novela. De hecho más que como una novela, lo veo como un cuaderno de historias, anécdotas, recuerdos y reflexiones cuyo único punto en común es el mismo Uribe. No es un escritor espectacular con una prosa prodigiosa pero por eso mismo también me ha gustado. Es sencillo, directo y consigue contar ( casi siempre) lo que pretende. A pesar de que todo le concierne, todo gira en torno a él, no se muestra, se enseña un poco pero con mucho pudor, como con vergüenza. Me ha recordado también a Auster, creo que su influencia es innegable en la manera que tiene de hilar las historias a través de conexiones y casualidades muy a la manera “austeriana”. Me ha recordado también a Pinilla en su amor y reconocimiento al mundo familiar, a las tradiciones arraigadas de nuestros padres y nuestros abuelos que se han perdido y de las que solo queda el recuerdo y es cada vez más débil.
Es una lectura sencilla, amena, tierna, entretenida y que recomiendo. El original es en euskera y a propósito del euskera cuenta una anécdota que me ha gustado sobre lo que le dijo Philip Levin ( que no sé quien es) sobre su idioma:
“Vuestra lengua parece el mapa del tesoro” me descubrió.” Si desenfocas el resto de las letras y percibes solo las ex, parece como si te guiaran por la ruta del tesoro”. Me pareció que aquello era lo más bonito que se podía decir sobre un idioma que no conoces, que se asemeja a un mapa del tesoro”.
Yo he aprendido Orbela, una palabra preciosa. Si algún día tengo una casa con nombre..es posible que se llame Orbela.
Y con esto y un bizcocho hasta la siguiente entrada de libros encadenados.