Este Viernes pasado estuve en el Teatro Campos, en Bilbao, viendo la obra Lifting. Miren Ibarguren , Elisa Matilla, Pepa Rus y Josele Román lideran esta irónica comedia que habla sobre la mujer sometida a la dictadura de las apariencias.
Pues ni irónica ni comedia, ni nada de nada. La obra se compone de una serie de sketchs malos, sin ingenio, sin originalidad y por supuesto, sin gracia. A lo largo de la obra se hace una especie de mofa esperpéntica sobre las mujeres que se someten a la cirugía estética siempre por buscar hombres como desesperadas o porque su marido las ha abandonado por una de veinticinco. Yo esperaba una especie de sainete que acabara con un "cuarentonas del mundo, con nuestro bótox y todo estamos estupendas, celebremos la vida". Y eso habria sido ridículo y manido, pero ni eso.
A las actrices no las puedo llamar ni actrices. Es que no actúan. Parecen un grupo de caraduras que se ponen a hacer monólogos en un bar a las cinco de la madrugada (después de los consabidos cubatas) o cuatro amigas en una obra de fin de curso. Josele Román directamente no actúa, habla y recita sus frases sin más, Miren Ibarguren en un sketch con muy poquita gracia hacía de sudamericana de toda Sudamérica unida, ya que su acento fluctuaba entre el argentino, venezolano y mexicano. Que digo yo, si vamos a hacer el ganso, hagámoslo bien. Pepa Rus se deja toda la vena cómica en Aída y Elisa Matilla no me molesto ni en comentar. Creo que no había visto una interpretación tan mala desde Terelu en los anuncios de Lo Mónaco.Por último la escenografía. Ya estoy harta de escenarios vacíos con dos sillas y dos mesas blancas. Si vacías el escenario lo tendrás que llenar con la interpretación, y eso cuesta mucho. Ptra hacer eso tienes que ser Rafael Alvarez "El Brujo", que son sus ademanes trovadorescos, su dialéctica de juglar, su aire de buhonero y truhán cuenta cuentos poseído por Amadis de Gaula y Dulcinea del Toboso hace que sobren las sillas, las mesas y el teatro entero.Pero no nos encontramos ni con actrices, ni con obra, ni con nada. Lo dicho, no vayais a ver la obra, porque el único lifting que vais a notar va a ser en el bolsillo.