Revista Baloncesto
Estos playoffs están siendo absolutamente fabulosos, seguramente estamos viviendo la mejor primera ronda de la historia de los playoffs en la NBA. Anoche vivimos otro capítulo para enmarcar. El escenario: sexto partido en Portland entre Blazers y Rockets con 3-2 a favor de los de Oregón, el protagonista: Damian Lillard.
En un partido que había sido el más igualado de la serie más igualada de esta primera ronda (672-670 ha sido el resultado global de la serie, curiosamente a favor de Houston), Parsons recogía un balón suelto y lo encestaba a falta de 9 décimas poniendo a los Rockets 2 puntos arriba y con la mente ya puesta en un séptimo partido en casa. Pero los Blazers tenían una última posesión, Batum puso el balón en juego, se la dio a Lillard que puso toda su energía en un triple que Parsons no pudo puntear y entró. TRIPLAZO sobre la bocina para ganar un partido, ganar una serie de playoffs y devolver a Portland a unas semifinales de conferencia 14 años después.
El último jugador que anotó un "buzzer beater" para ganar una eliminatoria fue John Stockton en 1997, dando la victoria a Utah en las finales del Oeste, que caprichoso es el destino, fue en un Game 6 contra los Rockets. Lillard en su segundo año en la NBA, ya es historia de la franquicia de Portland Trail Blazers.
Se termina así una gran eliminatoria, y termina aquí el camino de los Rockets, el camino de Howard y Harden, de un equipo que aspiraba a pelear por ganar una conferencia Oeste que ha resultado demasiado dura para ellos. Por otro lado, los Blazers liderados por un estratosférico LaMarcus Aldridge (29.8 puntos y 11.2 rebotes) y un decisivo Damian Lillard (25.5 puntos y 6.7 asistencias) esperan rival (Dallas o San Antonio) cargados de energía e ilusión para hacer algo grande.