Muchas veces cambiamos de ordenador teniendo otro que, aunque funciona perfectamente, se queda corto para el software de hoy. Muchas veces se queda dando vueltas por casa sin saber muy bien qué hacer con él. El caso: si es capaz de encenderse, sabed que podéis instalar software bastante actualizado (y no un sistema operativo con trece años de edad y sin soporte técnico) en él sin dolor y pudiendo utilizarlo prácticamente como recién comprado, aunque solo sea para las tareas básicas.
Es parte de la magia de los SO basados en Linux: el núcleo es muy ligero, y puede funcionar con muy pocos recursos (en términos de memoria RAM y ciclos de procesador). Basta complementarlo con software ligero pero funcional. Veamos cuatro distribuciones de Linux listas para funcionar en ordenadores antiguos pero que todavía tienen guerra que dar.
Lubuntu
Para muchos usuarios Linux es sinónimo de Ubuntu. Y muchos están ya acostumbrados a la forma de trabajar en la distribución creada por Canonical. Ubuntu, sobre todo con Unity, no está hecho para ordenadores antiguos. Pero tenemos más sabores de esta distribución, y uno de ellos parece construido pensando directamente en este uso.
Su nombre es Lubuntu. La L inicial proviene de LXDE, el entorno de escritorio utilizado por defecto. Y de hecho, la L inicial de LXDE viene de Lightweight, liviana. Se trata de un entorno de escritorio pensado fundamentalmente para funcionar en hardware modesto. Como gestor de ventanas hace uso de OpenBox, una palabra que leeréis mucho en este artículo por ser uno de los componentes fundamentales de muchas de estas distribuciones.
Incluye, además, software personalizado y más ligero que otras alternativas. LXPanel, LXMusic, Leafpad... Se trata de software que quizá no cuenta con todas las características, pero sí con las fundamentales y las suficientes para muchos de los usuarios. De todos modos, como es habitual, nada nos impide reemplazar estas aplicaciones por las que queramos. ¿Que preferimos Metacity a OpenBox? Basta instalarlo con el gestor de paquetes preferido por nosotros, y ya está.
Lubuntu pide 128MB de RAM y un Pentium II o Celeron de 1999 para funcionar (pese a ser un procesador lanzado a finales del milenio pasado, todavía funciona aceptablemente bien si quitamos de la ecuación el uso de Flash y aplicaciones Web que hagan un uso intensivo de JavaScript). Hay casos de usuarios que ha conseguido ejecutarlo satisfactoriamente en equipos con 64MB de RAM(aunque requiere 128 para ser instalado). Eso sí: no hagáis uso del Live CD, que sí requiere 1GB de RAM. Instaladlo mediante la versión alternate.
Slacko Puppy Linux
El propio nombre de esta distribución ya lo evoca. Puppy Linux ya nos indica desde su inicio que es una distribución muy ligera pensada para funcionar en todas partes. Dispone de varias versiones, aunque la más actualizada (marzo de 2014) es compatible con Slackware, y por ello lleva el prefijoSlacko.
Algo bastante llamativo es que por defecto no contempla una instalación como la conocemos en otros sistemas operativos. Esta distribución inicia directamente a una sesión de escritorio lista para ser utilizada (aunque con algun ajuste, como por ejemplo la conexión de red que vayamos a utilizar). Lo que sí podemos guardar es la información de la propia sesión en la misma unidad desde donde booteamos, o en otra distinta.
Podemos ejecutarla, por ejemplo, directamente desde una unidad USB en equipos que no cuentan con un disco duro (o en el que no queremos tocarlo), y sigue ejecutándose sin excesivas ralentizaciones. Incluso, con un par de modificaciones, podríamos iniciar nuestro sistema desde una red local, y almacenar la información en otro equipo distinto.
En cuanto a su entorno de escritorio, que al fin y al cabo es con lo que el usuario interactúa a diario, nos encontramos con JWM (la J es de Joe, el nombre de su desarrollador), utilizado en equipos modestos como una Raspberry Pi. Los requisitos mínimos, eso sí, son algo mayores a los de Lubuntu. Requerimos un procesador Pentium III o superior (a 733MHz), así como 256MB de RAM; lo recomendado, eso sí, es disponer un procesador de 900MHz y 512MB de RAM. No nos hace falta disco duro.
Damn Small Linux
Si tenemos una máquina demasiado antigua (del tipo de Pentium de primera generación, o incluso un i486), puede que merezca la pena sacrificar el último software por disponer de una máquina funcional. Damn Small Linux es la distribución más liviana de las que vamos a hablar en este artículo, aunque a costa de parte de funcionalidad y de las últimas versiones de software.
Hablamos de una ISO que ocupa apenas 50MB, lista para guardar en un disco óptico del tamaño de una tarjeta de visita. También podemos guardarla en una tarjeta Compact Flash, instalándola en modo frugal. Lo verdaderamente interesante: Damn Small Linux requiere, como mínimo, apenas un Intel 486DX (o un Intel 486SX con coprocesador para operaciones con coma flotante) con 16MB de RAM. Si conseguimos 128MB podemos ejecutar todo el sistema operativo desde la memoria principal.
Como entorno gráfico y gestor de ventanas nos propone JWM, al igual que Slacko Puppy Linux, aunque en versiones anteriores utilizaba por omisión Fluxbox. Incluye versiones algo (bastante) antiguas del software básico. Por hacernos una idea: Firefox 2, y núcleo 2.4.31. Aunque sigue siendo funcional para ciertas tareas, a pesar de que deberemos instalarle a mano muchas piezas de software que podríamos esperar, como alguna versión de OpenOffice. En 50MB tampoco podemos pedir que compriman medio Debian, desde luego.
La pena: la última versión de Damn Small Linux que encontré data de 2012.
SliTaz
Aún más ligera de lo que esperaríamos, SliTaz nos propone una ISO de apenas 40MB que nos permite iniciar un sistema totalmente funcional, o instalarlo en un disco duro con apenas 100MB de espacio libre. Se trata de una distribución muy ligera y que por suerte nos trae software algo más actualizado (aunque no nos extrañemos si vemos versiones todavía antiguas para los estándares de hoy). Por contextualizar: la última versión en desarrollo incluye el kernel 3.2.53.
Actualmente están realizando las pruebas de la Release Candidate de SliTaz 5, lanzada hace apenas quince días. El desarrollo, como podemos ver, está bien vivo. Como entorno de escritorio nos ofrece OpenBox.
¿Requisitos mínimos? No hay mucha documentación al respecto, pero un Pentium III con 256MB de RAM debería funcionar muy fluidamente, y con la mitad de memoria principal sería bastante usable para tareas poco intensivas (el sistema toma para sí mismo algo menos de 60MB, al menos en las pruebas que he realizado.
Conclusiones
Como vemos, que un ordenador sea antiguo no es excusa para instalarle software relativamenteactualizado y brindarle un tiempo extra de vida. Podemos aprovechar este tipo de ordenadores, por ejemplo, para ser usados como máquinas de escribir digitales, para revisar correo electrónico con un cliente como Thunderbird, o para hacer navegación en Internet ligera. Vamos a ser claro: no podemos pedirle peras al olmo, pero sí que podemos sacarle un cierto partido a una máquina que estaría guardada en un armario en el mejor de los casos.
También puede ser coherente utilizar una distribución ligera en un equipo algo más potente, sobre todo pensando en sacarle el máximo rendimiento a nuestras aplicaciones. Esto ya depende de la maña de cada uno y del uso que vaya a hacer de su máquina.