Revista Cultura y Ocio

Lo opresivo está de moda

Por Eltiramilla

Hoy quiero hablar de dos novelas que, a simple vista, pueden resultar muy diferentes. No obstante, si buscamos un nexo de unión entre ambas, nos encontramos con una sociedad represiva, cruel y que no cuenta con la población. Este tema, tan de moda sobre todo en el subgénero de las distopías, se ha colado en la literatura juvenil con la intención de quedarse.

Las sociedades represivas en la literatura existen desde que el mundo es mundo, pero fue Los juegos del hambre, la tan aclamada y valorada trilogía, la obra que acertó a la hora de darlas a conocer a los jóvenes. A partir de ahí se ha abierto la veda y ha empezado a publicarse de todo. Por ello, son dos novelas con sociedades restrictivas las que quiero tratar hoy.

Por un lado, Las tres caras de la luna, reciente novedad de Nube de tinta escrita por Sally Gardner. He aquí una historia basada íntegramente en la búsqueda de la libertad en un mundo estricto y controlador. Los dirigentes vigilan a sus ciudadanos, los dividen, los hacen desaparecer cuando se portan mal, los oprime y los mata de hambre. Standish, con tan solo quince años, decide convertirse en el David que mató a Goliat, lanzar la piedra que acabe con la Patria, esa sociedad tan opresora y cruel. Todo el libro se centra en las consecuencias de vivir en la Patria, en lo que los mandamases hacen con sus ciudadanos, en cómo un chico que apenas sabe escribir, pero que tiene mucha imaginación e ideas en la cabeza, está empeñado en salvar a los suyos, en salvar su vida, en desvelar al mundo entero que todo es un fraude y que viven engañados.

Por otro lado, Multiverso, de Leonardo Patrignani, editada por B de Block. Esta segunda historia no se centra en lo dicho anteriormente; la sociedad que poco tiene en cuenta a sus ciudadanos está más bien en un segundo plano y aparece adelantada ya la lectura. No es una novela estricta a este respecto; la sociedad no es cruel y tampoco represiva, pero sí es un libro en el que el ciudadano vive engañado y no es partícipe de lo que puede avecinarse. En Multiverso, que narra la historia de dos jóvenes que son capaces de comunicarse desde realidades paralelas, percibimos un inminente fin del mundo que los altos cargos se han encargado de ocultar a los ciudadanos.

Como hemos visto, las novedades literarias siguen incluyendo modelos de gobierno en los que los ciudadanos no tienen voz ni voto, en los que son sometidos y oprimidos. Está de moda, se lleva, nos gusta y eso es lo que los autores y las editoriales nos dan. Pero, ¿cuál podría ser el motivo primordial por el que se nos ofrece tanta literatura de este tipo? ¿Estamos descontentos con nuestra sociedad y, por ello, queremos leer sobre modelos aún más opresivos para comprender que tampoco es para tanto? ¿O quizás tememos llegar hasta ese punto? ¿Qué os parece esta moda que se ha impuesto y que parece no tener prisa por marcharse?


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