Revista Empresa

Lo peor es ser indiferente

Por Falcaide @falcaide
Un jóven médico recién salido de la facultad de Medicina, abre un consultorio y espera a sus primeros clientes. Al cabo de unos días llega por fin un hombre. Queriendo impresionarle, el jóven médico lleva a su visitante a la sala de espera; luego, dejando la puerta abierta para que él le oiga, marca del número de teléfono del hospital y a continuación mantiene una conversación muy animada con un interno. Marca a continuación un segundo número, el de un laboratorio de análisis, y habla largo rato con un empleado. Luego llama a un colega. Tras haber colgado por fin, va a reunirse con su paciente que está confortablemente instalado en la sala de espera y le pregunta:
- ¿Cuál es la razón de su visita?

Y éste responde:
- Oh... yo.. verá... Soy el técnico de la compañía telefónica que he venido a instalarle la línea de teléfono.
El pintor Van Gogh en una carta dirigida a su hermano Theo, escribía: "Me parece absurdo que los hombres quieran parecer otra cosa que lo que ellos son". Desde luego, El otro día hablábamos de autenticidad, de ser uno mismo. La autenticidad es el primer requisito de la felicidad. Es imposible ser feliz siendo otro. Cuando eres, todo te sale de manera natural. No hay que aparentar nada. Se es y basta. Además, elimina presiones y tensiones. No merece la pena perder el tiempo jugando a ser otra persona. Se nota y al final te pillan. Explota tus fortalezas y acepta con humildad tus carencias, verás como todo marcha mejor. La autenticidad vende. Es la conexión de uno mismo con el Universo, y por consiguiente, con todos los que participamos en él. Autenticidad y pasión, pasión y excelencia, van de la mano. Es imposible triunfar desde la "no autenticidad". Engañarse, traicionarse, huir de uno mismo, lo siento mucho, pero no da resultado (ver la excelente Entrevista al escritor David Martí, en La Contra de La Vanguardia).
Una vez, conversando con Salvador Tous, de la empresa de joyería Tous, me decía: "El sol sale para todos. Cada uno tiene que luchar y desarrollarse como puede. Si vives demasiado obsesionado con la competencia y te quita el sueño, al final mimetizas sus productos y pierdes oportunidades de hacer cosas propias".
En otra ocasión, charlando con el cocinero Sergi Arola, me decía: "Cuando uno está al frente de un equipo lo más importante es ser uno mismo 24 horas al día, y cuando actúas así, la gente te acepta o te rechaza; quien te acepta, te sigue; y quien te rechaza, te abandona". Es el precio de la autenticidad: a unos gustas y a otros odias. Lo peor en esta vida es ser indiferente. Actuar y ser en función de las opiniones ajenas. Quedar a merced de los demás. Entonces, el resultado es claro: mediocridad; vidas estándares, repetitivas, iguales. Más de lo mismo. Aburrimiento. Falta de sorpresa y emoción. Prêt à porter vital.

Volver a la Portada de Logo Paperblog