¡Buenas noches!
Mientras los exámenes se acercan ferozmente y mis nervios crecen inversamente proporcionales a las horas que duermo, desconecto entre rato y rato de estudio con un clásico donde los haya. Y es que este año me ha dado por darle una oportunidad a joyitas inglesas como mi actual lectura: Jane Eyre, de Charlotte Brontë.
Singular desde su complicada infancia de huérfana, primero a cargo de una tía poco cariñosa y después en la escuela Lowood, Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall, para educar a la hija de su atrabiliario y peculiar dueño, el señor Rochester. Poco a poco, el amor irá tejiendo su red entre ellos, pero la casa y la vida de Rochester guardan un estremecedor y terrible misterio.
Pero no todo está perdido para Saira. La pequeña logra viajar a Valencia gracias a las tropas españolas y crece envuelta en el cariño de su familia de acogida, aunque las pesadillas de su pasado no dejan de visitarla. Cuando Pablo le ofrezca la posibilidad de abrirse al amor, ¿conseguirá sanar las heridas de su niñez y empezar a ser feliz?
Si os parece bien, crearé una nueva sección para reseñar clásicos y que así podáis disfrutar sobre comentarios de otro tipo de novelas que no se queden en lo juvenil. Es por dar un soplo de aire fresco al blog.
Por ahora llevo muy poco y posiblemente tarde con su lectura, porque obviamente ahora no es buena época, está en un inglés algo complicado y porque la compagino con mis lecturas principales. Pero la terminaré, no lo dudéis.
La edición, además, tiene un significado especial para mí. La compré en el British Museum porque me pareció preciosa. Es de tapa dura y tiene el contorno de las páginas en rojo. Una verdadera joyita.
¿Alguien se ha leído el libro? Si es así ¿qué os ha parecido?
¡Nos leemos!