Llega un momento en la vida de las personas, ya sea de forma prematura, al terminar la universidad o mientras trabajan, en el que sienten que es hora de emprender y comenzar el sueño del negocio propio. Llegado ese momento muchos comienzan a pensar 1001 ideas de negocios, a preparar planes de negocios, proyecciones e inclusive a separar de algún modo ahorros para dar el puntapié inicial.
Hasta aquí todo bonito e interesante, pero cuando estamos en el camino nos damos cuenta de una serie de factores que nunca nos imaginamos que podrían sucedernos o de los cuales nunca nos habíamos preparado para ese momento.
Hoy les presento una serie de cosas que he aprendido en base a la experiencia sobre emprender, pero especialmente cosas que nunca vi en la universidad. Cosas que uno aprende, más allá de cómo crear un negocio.
EL CONTEXTO
Algunas universidades tienen proyectos de graduación basado en simulaciones de negocios en las que vivimos un ambiente de cierta “incertidumbre” empresarial, pero la realidad es que nunca nada nos preparará para el contexto de verdad.
Puede que el simulador tenga huelgas de trabajadores, cambios inflacionarios o inclusive competidores que misteriosamente se tornan agresivos, pero aparte de eso en la vida real suceden muchas cosas que nos afectan y que no manejan los mismos tiempos que un simulador de negocios.
En la vida real un cambio de gobierno nos afecta, la inseguridad de la zona en la que viven nuestros clientes nos afecta, las nuevas políticas del gobierno nos afectan, el clima nos afecta, el riesgo país nos afecta.
Un claro ejemplo sucedió en Bolivia, cuando el presidente decretó la obligación de hacer entrega de un segundo aguinaldo a los trabajadores, algo que muchos empresarios nunca imaginaron que sucedería. Peor, decretando esto, unos meses antes de Año Nuevo.
LOS SOCIOS
Si están empezando un negocio junto a alguien, recuerden que esto es como un casamiento y que realmente van a conocer a la otra parte durante el camino.
La historia de los negocios está llena de peleas, traiciones, complots y hasta casos en que los mejores amigos, se terminan convirtiendo en los peores enemigos.
Nunca van a terminar de conocer realmente a la otra parte, ya sea un extraño, un amigo o un familiar. Bueno en verdad pueden llegar a conocer su verdadera personalidad cuando los problemas lleguen (o cuando las cosas vayan excelentemente bien y al ambición salga de adentro)
Esté siempre con las orejas paradas, nunca sabe si está durmiendo con el enemigo. Recuerde que los negocios, son negocios.
EL TIPO DE SOCIEDAD
Si bien tienen nombres diferentes, nos encontramos muchas veces con empresas como las unipersonales, autónomas, sociedades de responsabilidad limitada, sociedades anónimas, corporaciones, en fin, varían según el país. Lo que realmente importa es que usted, cuide su entorno personal y laboral.
Un claro ejemplo de esto son las SRL, un tipo de sociedad basada principalmente en personas de confianza. Aunque todo depende de cómo esté constituida la sociedad, he visto muchas veces como los socios han encontrado “agujeros” en la misma para complotar o bien engañar a sus colegas.
Analice 1000 veces el tipo de sociedad que va a utilizar. Algunas veces lo barato, sale bien caro.
EL REPRESENTANTE LEGAL
Felicidades lo acaban de nombrar no solo Gerente o CEO de su propia empresa, sino también representante legal de la misma. Que orgullo, que alegría.
Bueno la alegría dura hasta que las cosas vayan mal. Desde deudas impositivas, hasta una denuncia laboral o bien algún problema grave, por más que uno sea socio y esté protegido hasta cierto punto por el tipo de sociedad, nada quita que el representante legal no sufra algunas consecuencias.
Desde el congelamiento de sus cuentas personales, hasta una demanda contra su persona o inclusive la posibilidad de no poder realizar viajes o salir al exterior.
Así que antes de estar tan feliz por ser el representante legal de una empresa, piénselo 2 veces si será capaz de asumir todas las responsabilidades y consecuencias que vienen con el cargo.
LA INCERTIDUMBRE
Cuando simulamos un negocio en la universidad o bien armamos el plan de negocios, el flujo de caja, las proyecciones, etc. todo parece perfecto y muchas veces funcionar como un reloj.
Sin embargo el emprendedor es una persona que se abraza a la incertidumbre durante toda su trayectoria. En la vida real nunca sabemos qué sucederá el día de mañana y no hay proyección que aguante a las infinitas posibilidades que nos podemos encontrar.
Si vas a emprender, entonces debes ser una persona que pueda entender que la incertidumbre, siempre estará allí afuera y que si no eres una persona capaz de asumir riesgos, puede que te termine ganando por knockout.
LA COMPETENCIA
Recuerdo las innumerables matrices, análisis F.O.D.A y los estudios de mercados que hice durante la universidad en base a estudiar la competencia. Recuerdo estudiar a fondo aquellos nichos de mercado o las barreras de ingreso para que mi proyecto sea el mejor.
Sin embargo en la vida real la competencia no es tan pasiva como en la universidad. En la vida real van a jugar sucio muchas veces, nos van a robar trabajadores, van a hablar pestes de nuestra empresa o inclusive influenciarán sus círculos para levantar barreras donde menos lo imaginábamos.
En resumen, si una persona va a emprender, debe estar lista para encontrarse con una competencia que va desde la más pasiva, hasta la inimaginablemente agresiva.
LA PERSONALIDAD
Aunque uno quiera o no, el comenzar un negocio nos cambia. Muchas veces nos hace crecer como personas, porque saca a flote y mejora nuestras habilidades, pero también trae consigo muchos cambios en nuestra personalidad que pueden no sean tan bonitos.
Desde volvernos más fríos o desconfiados, hasta inclusive muchos más agresivos como empresarios. Nos puede dotar de liderazgo, pero también de la habilidad de acorralar a las personas para que hagan lo que necesitamos que hagan.
En resumen, prepárense, porque emprender es algo que a uno lo cambia, quiera o no.
EL VALOR DEL TIEMPO
La gran mayoría de las personas son emprendedoras a tiempo parcial. Hacen un equilibrio entre su vida laboral y su afán de emprender. El poco tiempo libre que tienen lo sacrifican creando su negocio y esperando que al volverse 100% independientes las cosas cambien.
Bueno, déjenme decirles que las cosas muchas veces no cambian. Al contrario se tornan más complicadas.
Cuando trabajamos solo tenemos un cargo, cuando emprendemos, inicialmente (y muchas veces por siempre) tenemos muchos cargos. Como dice el dicho: “El ojo del amo engorda el ganado” y cada minuto que no estamos mirando a nuestro negocio, nuestro ganado deja de engordar.
Prepárense, para destinar mucho tiempo a su emprendimiento. Tiempo de salidas, de familia, de amigos, de relax, de descanso. En fin, tiempo.
EL FRACASO
Comenzar un negocio no significa tener el éxito asegurado. Como dije anteriormente, la incertidumbre está allí afuera todo el tiempo y con ella, puede venir el fracaso.
Durante toda la vida nos enseñan que el fracaso es algo malo, es algo negativo y hasta se lo castiga socialmente. Sin embargo, así es como el emprendedor aprender. Gracias a sus fracasos pequeños y grandes.
No teman fracasar, no teman sentirse mal, pero nunca olviden aprender. Cuando leemos las biografías de los magnates de los negocios siempre leemos lo mejor, pero muy pocas veces sus fracasos.
EL MITO DE LA IDEA DEL MILLÓN DE DÓLARES
Es cierto que allí afuera hay miles de oportunidades para emprender y hacer un negocio tan rentable que nos podría hacer millonarios. Algunas veces suerte, otras veces enfoque. Pero no busquen las idea del millón de dólares porque raras veces suele aparecer de la nada.
Emprender es planificar, ponerse en acción y analizar. Es sacrificarse, invertir y resignarse a perder y ganar muchas cosas.
No emprendas para hacerte rico, emprende porque amas hacer negocios. Hazlo con pasión y seguramente, con el paso del tiempo, encuentre el nicho, la oportunidad y el negocio del millón de dólares.
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