Hijo de una generación, la que “cabalgó sobre varias revoluciones, la política, la sexual, la de la contracultura y las drogas”, Pereiro siempre se escaqueó de los círculos literarios del momento. Considerado quizá erróneamente poeta punk, este gallego discreto y melómano dejó constancia de la importancia que tenía el rock en su obra, aunque, como el periodista cultural Lago Martínez sentencia, "No es un poeta del rock, pero forma parte de su paisaje emocional e histórico. En su cosmovisión, Thomas Mann está a la misma altura que Ian Curtis".
Quizá algún día le dedique en esta página un espacio más amplio para recordar su figura y su obra de forma más general, pero hoy toca preguntarse por qué, con poemas tan redondos, honestos y bellos como Acróstico, este poeta no se encuentra entre los más apreciados y conocidos de las letras españolas de los últimos 30 años, mientras pazguatos del verso que poco han aportado al reflejo de la existencia del momento han sacado suculentas tajadas bienservidas de sus aburridas peroratas. No es nada nuevo y quizá la respuesta sea obvia. Pere Gimferrer opina que si hubiese escrito en lengua castellana hubiera alcanzado la difusión de otros como José Ángel Valente. Ojalá fuera tan fácil.
En “Acróstico” encontramos todos los elementos que conforman a un poeta mayúsculo de fines del siglo XX y una rendida estética a lo marginal, siempre empañada de profunda melancolía, que cuando es sincera y clara, parece asusta a una caterva importante de lectores decantados por lo melifluo o lo ligero del mensaje. Su lírica es clara y no atiende a florituras del lenguaje, su énfasis se concentra en el contenido, en la reflexión y en la tragedia cotidiana y sin drama que de todo ello se despide, como un fantasma que ha decidido hacerse carne solo para dar testimonio a su materia.
ACRÓSTICOSolamenteintentaba conseguirdejar en la tierraalgo de mí que me sobreviviese
sabiendo que debería haber sabidoimpedirme a mí mismodescubrir que sólo fui un interludioatroz entre dos muros de silencio
solo pude evitar viviendo a la sombrainocularle para siempre a quien amabadosis letales de amor que envenenabaa su alma con un dolor eterno
sustituyendo el deseo por el exilioinicié el viaje sin retornodejándome llevar sin resistenciaal fondo de una interna
aniquilación llena de nostalgia© David de Dorian, 2014
(Ilustración: Aad Goudappel)