Mª Dolores Rivero Hernández, más conocida como Lolita Pluma era una mujer que se hizo famosa en Gran Canaria debido a la escasez de personajes ilustres de aquella isla.
Era la musa del turismo, así como protectora y amante de los animales, pero no en un sentido zoofílico.
Iba todos los días al parque Santa Catalina en Gran Canaria pintada con la escopeta de maquillaje de Homer Simpson y vestida de forma tan estrafalaria que ni Rappel se atrevería.
Dedicó su vida a dar de comer a los gatos que por allí rondaban y se convirtió en una atracción por sí misma.
No se sabe bien de su vida. Nació en 1904 en El triángulo de Las Remudas y que en su juventud hacía trabajos como bordadora, costurera y empleada de una fábrica de cigarros.
En 1925 se casa y tuvo un hijo llamado Mamé el Bobo. A consecuencia de sus continuas disputas con la suegra, abandonó su hogar y, decidió vivir su vida, trasladándose a Las Palmas en 1937, comenzando así su conversión en Lolita Pluma.
Empezó a darle de lo lindo al Ron Arehucas, obsesionarse con los gatos y a cortarse el cabello al azar. Cuando cumplió los 40, se había convertido definitivamente en la mujer loca de los gatos.
Después de su muerte el ayuntamiento puso una estatua en el lugar para que la gente no la olvide por su árdua labor de mantener vivos a los gatos de Las Palmas.