You never hear me talk about one day getting out Why put a new address on the same old loneliness
Try and try and try And try and try and try To be simple again Just be simple again Just be simple again… Hacía mucho que un disco no me erizaba la piel como lo ha hecho este, y aunque sé que probablemente en ello tiene mucho que ver el fallecimiento de Jason Molina hace unos meses y el que fuera esa maldita noticia precisamente la que me hiciera dar el paso tardío de iniciarme con su música, no esperaba de ningún modo encontrarme con una colección de canciones que generaran en mi tal nivel de emoción. Y es que desde los primeros compases de “Farewell Transmission” intuyo, con sorpresa y pesar a partes iguales, lo que se va a confirmar con el glorioso paso de cada uno de los cortes del disco cuya carátula tengo entre las manos: que durante demasiado tiempo me he estado perdiendo algo grande que lleva la marca imborrable y el sabor de los grandes clásicos; y por eso no es extraño que al escuchar a continuación “I've Been Riding With The Ghost” ya esté más que sorprendido de no haber leído por ahí, en los blogs que frecuento, algo más acerca de este hombre y de este disco durante todos estos años, y que con “Just Be Simple” esté a punto, además, de dejar escapar una lagrimita. Y la atmósfera crepuscular creada por las guitarras de “Almost Was Good Enough” me mantiene dentro del hechizo, y mi boca, aun abierta por la sorpresa del descubrimiento, se abre un poco más al escuchar una voz diferente a la de Molina en la hermosa balada cowboy “The Old Black Hen” (y más tarde leeré que se trata de la voz de un cantante country llamado Lawrence Peters), y así, para cuando empieza a sonar la voz de mi querida Scout Niblett en la siguiente canción, “Peoria Lunch Box Blues”, ya no hay sorpresa sino pura alegría y mente abierta para recibir lo que sea que tenga que llegar… pero lo que llega resulta que se llama “John Henry Split My Heart” y entonces a la sorpresa se unen además la pura alucinación al descubrir a Molina reencarnado en Neil Young, y el disfrute más genuino al escuchar un temazo memorable que termina a lo grande con el reprise de ese “long dark blues” retomado del final de la primera canción… Y llega al fin la bellísima “Hold On Magnolia” con el sabor de los grandes clásicos del country para cerrar con broche de oro el disco que más me ha sorprendido en los últimos tiempos. Estoy hablando de Songs: Ohia – “The Magnolia Electric Co.” (2003)
Y si alguien me pregunta por mi lista de discos de 2013, probablemente en lo más alto de ella saldría un disco publicado diez años antes que llegó a mí a causa de una maldita noticia que hubiera preferido no recibir nunca, en marzo de 2013, el año en que descubrí a Jason Molina (aka Songs: Ohia aka The Magnolia Electric Co.) y el enorme disco que acabo de describir, no sé si con acierto, pero sí con todo el sentimiento.I stood on the 66 Hwy Wysteria, Magnolia beside the green line track Said "Don't Come Back" I found myself standing on the mountain Beneath my full moon heart John Henry split this heart split this full moon heart Swing the heaviest hammer you got Hit this one out of the park He says boy what you going to do With your heart in two If its good enough But only if its good enough Half I'm going to use To pay this band Half I'm saving because I'm going to owe them
Long dark blues… Long dark blues…