José María Sanz Beltrán, conocido como Loquillo, es un gilipollas perdido, narcisista y chulo que no ha sabido envejecer. Este señor que se dedica a cantar o algo así, está demasiado encantado de conocerse y fue de lo peor de la movida madrileña.
Con ese tupé que ha permanecido a lo largo de las décadas, tanto como esa pose chulesca, impostada y ese personaje tan forzado.
Su éxito le vino un poco de rebote. Sin Sabino Méndez jamás habría llegado a ninguna parte. Si bien se tambaleó mucho cuando Sabino se apartó de Trogloditas, Loquillo acabó haciendo una carrera bastante irrelevante.
Pilló un camión para ser feliz y cumplió su sueño de ir a LA. Cuando volvió vino en plan destroyer e hizo duetos con Concha Velasco, haciendo anuncios del Banco Santander o campaña por el PSOE.
Hoy en día hace conciertos en plan rememberpollavieja, ya que sus canciones nuevas no interesaban una mierda.